*Aviso de la autora: contiene spoilers de la serie de Netflix Young Royals/Jóvenes Altezas. Este fanfiction retoma la historia a partir del final de la segunda temporada.
Wilhem
Me tranquilizo al ver que Simon me devuelve la sonrisa, y antes de volver a mirar al frente, miro al cielo y siento el apoyo de mi hermano Erik. Ojalá mis padres me entendieran como él lo hacía, porque estoy seguro de que él estaría muy orgulloso de mí en este momento.
Sin embargo, no es orgullo lo que veo cuando miro al frente en las expresiones de mis padres. Más bien veo terror y desconcierto. Pero sé que me han sonreído las dos personas más importantes de mi vida. Simon, y la que está en el cielo. Y solo necesito saber eso para sonreír. Para volver a sonreír.
Jan Olof se acerca a la prensa enfadado y le pide a todo el mundo que corten la retransmisión. En cambio, la prensa sigue enfocada en mí y en Simon, al igual que lo están todos mis compañeros y profesores. Nadie sabe qué hacer. Aunque manipulen la retransmisión, veo a mis compañeros grabando con el móvil. No hay nada que puedan hacer para volver a evitar un escándalo.
Vuelvo a mirar hacia atrás y puedo intuir el agobio en los ojos de Simon. Los "flashes" de las cámaras no se apartan de su cara. Me doy la vuelta y con la cabeza le indico que me siga.
Subo por las escaleras hasta entrar en Hillerska donde ni la prensa, ni mis compañeros, ni mis profesores, ni mis padres, ni la corte real, ni el mundo, puede verme. Respiro profundamente y me toco el pelo, nervioso, hasta que escucho los pasos de Simon entrar detrás de mí.
Me mira y le miro. Suspiro y suspira. Me sonríe y le sonrío. Se ríe y me río. Hasta que ambos nos acercamos y nos fundimos en un fuerte abrazo. Inspiro el olor de su nuca y entrelazo mis dedos con sus rizos.
-Estás loco. -me dice.
-Solo por ti. -le respondo.
Simon mueve su cabeza para mirarme. Me acaricia la mejilla suavemente. Y yo noto como las mariposas vuelven a descontrolarse en mi estómago, como cada vez que me toca. Su caricia pasa de la mejilla al cuello, donde se coloca y guía mi cabeza para besarme.
Nos besamos como siempre, con necesidad, con amor, con deseo, con pasión. Como si no hubiera pasado nada. Como si no acabara de decirle al mundo que era yo el que aparecía en aquel vídeo. Aquel que destrozó mi relación y confianza con Simon y que tantas noches me ha mantenido despierto. Que me ha hecho sentir más solo que nunca.
Atrapo su labio inferior antes de interrumpir el beso para mirarle. Escucho nuestras respiraciones aceleradas y veo en los ojos de Simon felicidad y emoción, que seguro que es lo mismo que reflejan los míos.
-¿Tienes tus cosas aquí? -le pregunto.
-Si, en la taquilla. ¿Por qué?
-Coge tus cosas y vámonos a mi habitación hasta que la prensa se vaya.
-Pero, para llegar a tu habitación tenemos que salir del palacio. Nos van a perseguir igual.
-Es verdad. Da igual, esperaremos en otro sitio hasta que se vayan.
Cojo a Simon de la mano y nos vamos hacia las taquillas. Una vez allí, Simon mete sus cosas en su mochila amarilla y coge el abrigo. Miro hacia atrás y hacia los lados, pero no hay nadie. Hillerska por dentro está tan vacía como mi vida antes de que Simon me dijera que me quería.
-Ya está. ¿Dónde vamos? -me pregunta Simon.
Le cojo de la mano y nos vamos hasta la sala de música. Abro la puerta y dejo pasar a Simon primero. Miro a los lados antes de cerrar la puerta, pero sigue sin haber nadie. Entro y cierro la puerta detrás de mí, apoyando mi espalda en ella.
A pesar de que ya no tengo nada que esconder, esa presión me vuelve a agarrar el pecho, dificultando mi respiración. Me lo acaricio como suelo hacer para calmarme. No entiendo por qué me sigo sintiendo así, si he seguido a mi corazón por primera vez en mucho tiempo. O, quizá, por primera vez en mi vida.
-¿Estás bien? – me pregunta Simon.
-Si. ¿Tú estás bien?
-Si.
Pero su "si" no me suena lo suficientemente convincente. Me acerco a él lentamente y entrelazo mis dedos con los suyos.
-¿Seguro? – le vuelvo a preguntar.
-Si...A ver, no me esperaba lo que acabas de hacer.
-Yo tampoco.
Simon me mira profundamente como si quisiera entenderme, pero ni yo mismo estoy seguro de lo que acabo de hacer. De que lo he hecho ha pasado de verdad. De que he desafiado a mi madre, a la corte real, y a la monarquía entera.
-¿Por qué? -me pregunta Simon. -¿Por qué ahora?
-No lo sé. Estaba diciendo todo aquello que ponía en el discurso, lo de las tradiciones y el pasado y...No pude. No sentía nada de lo que estaba diciendo. Estaba harto y...Sabía que era ahí o nunca. Que mi madre no me podía volver a convencer para mentir esta vez. Que...No te iba a perder otra vez.
Noto como mi voz se rompe con esa última frase y Simon me da un fuerte abrazo durante varios segundos. Se aparta y pone sus manos a los dos lados de mi cabeza y con sus dedos aparta las lágrimas de mis ojos. Me acerco más a él y le doy un beso en la frente.
Al notar su mirada de preocupación le sonrío para transmitirle que estoy bien, aunque no me sienta del todo así.
-Estoy bien. -le aclaro. -Prefiero decepcionar a mi familia que volver a decepcionarme a mi mismo y a ti.
Simon me da un beso rápido en los labios.
-Al menos has dejado a August en ridículo delante de todos. Ha sido digno de ver.
Nos reímos.
-Me siento muy orgulloso de ti. -me dice Simon mientras envuelve mi cintura con sus brazos.
Le envuelvo la nuca con mis brazos y le doy otro beso rápido en los labios.
-Te quiero. -le digo.
-Lo sé. -me dice Simon con una sonrisa. -Aunque aún no me pueda creer lo que acaba de pasar. Ni siquiera pensé que fueras a salir al principio. Se podía ver que tenías mala cara desde donde yo estaba.
-Ya, tenía ganas de vomitar. Pero me entraron aún más ganas de vomitar cuando vi la sonrisa de August al levantarse, y supe que no podía volver a dejarle ganar.
Simon se acerca a mi cara y nuestras narices se acarician.
-No me puedo creer lo que has hecho. Ha sido increíble. Pensé que estaba soñando.
Simon sonríe y yo le imito.
-Lo sé. -digo. -Yo tampoco me puedo creer lo que acabo de hacer. Pero está hecho. Y no tenemos que escondernos más, ni mentirnos más, ni ocultarnos más cosas.
Simon me mira profundamente y por primera vez desde que rompió conmigo, vuelvo a ver en sus ojos amor y absoluta confianza, como antes de que todo se fuera a la mierda.
-Te quiero. -me dice.
Y esta vez no hay nadie que nos pueda interrumpir, ni nada que se obstaculice entre mi corazón y el suyo.
-Te quiero. -le digo.
Y nos besamos, absorbiendo cada respiración, cada curva de nuestros labios, cada sonrisa que se nos escapa.
Y nuestros latidos nos acompañan acelerados, felices, inquietos, vivos, después de haber estado tanto tiempo rotos, cansados y muertos, sumidos en un triste silencio.
Sin embargo, me equivocaba en una cosa, y es que al parecer no nos hemos librado de que nos sigan interrumpiendo.
Jan Olof abre bruscamente la puerta y nos mira con los ojos tan abiertos y enfadados que parece que se le van a salir de las órbitas. Simon y yo le miramos, pero esta vez no nos alejamos el uno del otro y seguimos abrazados.
-Alteza, acompáñeme, por favor.
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YOUNG ROYALS 3: EL CAPÍTULO FINAL
FanfictionEste FanFiction está basado en la exitosa serie de Netflix "Young Royals/Jóvenes Altezas". Si no te has visto la serie, es probable que no entiendas la historia. Te recomiendo que la veas y luego te pases por aquí. Aviso spoiler de la serie: este F...