33. VERDAD O MENTIRA

531 52 22
                                    

Wilhelm

-Bien, ahora llamaremos a los testigos, quienes podrán extenderse en sus respuestas si así se requiere. -anuncia el juez.

Un hormigueo recorre mi estómago, preparando mi organismo para afrontar los nervios que se han apoderado de mí.

Doy un gran suspiro, tratando de aliviar mi tensión, y mi madre me mira con las cejas arqueadas. Ella no entiende el motivo de mis nervios, piensa que es obvio lo que va a pasar. Que los testigos van a apoyar a August y que Simon será declarado culpable.

Lo que no sabe es que Sara y yo hemos estado elaborando un plan que hoy por fin se desvelará. Y aunque no sabemos cómo va a salir, hemos hecho todo lo que hemos podido para ayudar a Simon y desenmascarar a August.

Sara mira hacia atrás y, cuando nuestras miradas se conectan, sonreímos, ocultando la esperanza que perdimos pero que recuperamos los dos juntos.

Si la familia real quería a jugar a las mentiras, nosotros no nos íbamos a quedar atrás.

Ganemos o no, lo importante es participar.

Que empiece el juego.

Alexander

-¿Grabaste tú el vídeo íntimo con el móvil de August? -me pregunta el juez.

Trago saliva. Noto las gotitas de sudor cayendo por mi frente. Acabo de jurar que diría la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Y soy muy creyente.

No sé si iré al infierno por esto. Solo sé que le prometí a August ayudarle. Y que él fue el único que me contó la verdad. Que por culpa de Wilhelm me expulsaron.

Wilhelm pretendía ser mi amigo cuando por detrás me había traicionado. Aunque la semana pasada se pusiera en contacto conmigo para volver a pedirme perdón y explicarme por qué lo hizo, ya es tarde. La decisión está tomada. Sé que la familia real me protegerá y estará en deuda conmigo para siempre por proteger a August. No sufriré ninguna consecuencia.

Además, si fallo a August ahora, es posible que me haga bullying el resto de mi vida. Lo siento, señor, espero que entiendas que no fui yo el que empezó cometiendo el pecado de mentir.

Aquí todos tenemos secretos.

El juez me mira con sus cejas levantadas y me doy cuenta de que estoy tardando demasiado en responder.

-Si, fui yo.

-¿Y también lo filtraste a internet?

-Si.

Wilhelm

-¿Es cierto que protegiste a Simon Eriksson por las pastillas y culpaste a Alexander sabiendo que era inocente?

-Si. Lo hice porque Simon no merecía ser expulsado y sabía que Alexander terminaría estudiando en otro sitio privilegiado.

El juez se detiene, analizando mi mirada, y yo no se la aparto. Después anota algo hasta que formula la siguiente pregunta.

A diferencia de Alexander, yo no estoy sudando, ni tardo varios segundos en responder, ni me tiembla la voz. Es lo que tiene decir la verdad.

-¿Aseguras, al igual que los hermanos Eriksson, que fue su primo August quien os grabó?

-Si. Y lo sé porque él no me lo negó cuando le pregunté que por qué. Me pidió disculpas. Fue la propuesta de que podría ser mi suplente como rey lo que le hizo amenazarnos a Simon y a mí para que no le denunciáramos.

-¿Es cierto que su familia le protegió?

-Si. Ellos siempre supieron que fue August, pero le protegieron porque solo importaba la reputación de la familia real. Nada más.

YOUNG ROYALS 3: EL CAPÍTULO FINALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora