32. LO JURO

502 39 9
                                    

August

Me siento en el lateral derecho del estrado, frente a todas las miradas.

-¿Jura decir la verdad, toda la verdad, y nada más que la verdad? -me pregunta el juez.

-Lo juro. -suerte que no soy muy creyente.

El juez me hace preguntas que mi abogado ya ha respondido en su declaración.

"¿Es cierto que Simon Eriksson intentó venderos pastillas?"

"¿Es cierto que en ningún momento fue consciente de la existencia de ese vídeo en su móvil?"

"¿Es cierto que usted quiso decir la verdad, pero el príncipe Wilhelm os pidió mentir a todos para proteger a Simon Eriksson?"

"¿Es cierto que tuvo problemas económicos que la familia real resolvió?"

Todas las respuestas fueron si, si, si, si... Expecto una.

-¿Usted grabó y filtró el vídeo íntimo entre Simon Erikssón y el príncipe Wilhelm?

-No.

-Gracias, puede volver a su asiento.

Me levanto con tranquilidad, con la misma calma que he intentado interpretar durante el interrogatorio. Sé que se me da bien mentir, y por eso no me he puesto nervioso.

Antes de sentarme, le lanzo una mirada a Sara, a quien pillo mirándome. Aparta la mirada rápidamente, pero sé que me estaba mirando.

Una punzada en mi pecho y un cosquilleo en mi estómago me alteran. Aun así, me siento, aparentando indiferencia. Pero Sara no me es indiferente. Ojalá lo fuera.

Si de algo me arrepiento en todo esto, es de haberla perdido a ella. Sé que cuando Simon pierda el juicio, se irán, y probablemente no volveré a verla.

Pero es el precio que tengo que pagar si quiero ser rey.

Sé que me he enamorado de ella. No sé cómo ni cuando pasó, pero perdí el control y le abrí mi corazón, dándole poder sobre mí.

Es la única persona que me importa de verdad en esta sala, junto a mi madre. Y la única que me ha visto de verdad, que ha visto algo bueno en mí. Si Simon no me hubiera querido denunciar, nada de esto habría salido a la luz. Yo no habría tenido que amenazarles con las pastillas, y Sara no se habría enterado de que mi intención nunca fue entregarme.

Pero entre el deber y el amor, siempre he elegido el deber. El amor depende de dos personas, y yo no puedo controlar las acciones o sentimientos de la otra persona. Pero el deber solo depende de mí, y yo sí que puedo controlar las mías. Mis decisiones. El control de mi vida. Mi libertad.

Eso es algo que me niego a perder.

Y no puedo perder el control por Sara.

Ni por nadie.

Simon

Aunque intento mantener la cabeza en alto, todas las miradas puestas en mi me intimidan. Cuando canto en el coro, a pesar de estar frente a mucha gente, es diferente. Ahí no siento que me estén juzgando, aquí sí. Porque es juzgarme lo que están haciendo, literalmente.

Juro decir la verdad, toda la verdad, y nada más que la verdad. John, mi abogado, me dijo que todos los clientes, sean creyentes o no, juran siempre decir la verdad. Así que debería centrarme en responder lo adecuado para favorecer mi posición. Aun así, no quiero mentir.

"¿Es cierto que vendió pastillas en Hillerska?"

"¿Es cierto que esas pastillas pertenecen a su padre?"

"¿Es cierto que usted y su hermana no dijeron nada porque August les tenía amenazados con las pastillas?"

Respondo a todo que sí, decidiendo ocultar en la última pregunta que Sara no dijo nada porque estaba enamorada de la persona que me arruinó la vida.

-¿Es cierto que Alexander grabó y filtró el vídeo?

-No.

-¿Fue August el que lo grabó y lo filtró, entonces?

-Si.

-Gracias, no hay más preguntas.

Me doy cuenta, al levantarme, de que mis piernas están temblando. Trato de disimularlo hasta que me siento junto a John, que me sonríe. Miro a Wilhelm un segundo, y su sonrisa y su pulgar hacia arriba me indican que piensa que lo he hecho bien. Le sonrío, aunque por dentro siento ganas de vomitar.

Respiro hondo, tratando de relajarme, sabiendo que John y yo hemos hecho todo lo posible para salir bien parados de esta situación.

Todo lo que pase ahora ya no depende de mí.

De los testigos que quedan, la gran mayoría apoyará a August. Bien por interés o porque estarán comprados por la familia real. Mentirán y apoyarán la versión de Alexander.

Solo tendré el apoyo de Wilhelm, y el juez no le creerá pensando que miente por amor. Ni siquiera estoy seguro de lo que va a decir Sara en su alegato. Puede que vuelva a proteger a August antes que a mí, como ya ha hecho antes.

Sin embargo, no estaba preparado para lo que iba a pasar después.

Ni yo ni nadie. 

NOTA DE LA AUTORA

¡Hoy doble actualización! 

GRACIAS <3 

S.G. 

YOUNG ROYALS 3: EL CAPÍTULO FINALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora