16. LA FAMILIA

1K 68 11
                                    

Simon

Abro los ojos poco a poco y busco a Wilhem con mi mano en la cama, pero no le encuentro. Abro los ojos de par en par y me doy cuenta de que estoy solo en la cama.

Miro la hora: la una y media de la tarde. Anoche, entre las películas y la pasión desatada en la cama...Nos fuimos demasiado tarde a dormir.

El pijama de Wilhem está doblado a la perfección en la silla, y su maleta sigue en la misma esquina, así que me relajo sabiendo que su familia no se lo ha llevado y, deduzco que no ha querido despertarme y ha salido a comer algo.

Me visto con mi sudadera morada y me quedo con el mismo pantalón de pijama. Mientras bajo las escaleras, escucho voces y risas provenientes de la cocina. Decido asomarme lentamente para ver qué es lo que me estoy perdiendo, y lo que mis ojos observan me enternece el corazón.

Mi madre y Wilhem están preparando juntos la comida. Mi madre le pasa un cuchillo a Wilhem para que corte las patatas, que por lo que veo ya están peladas, en rodajas. Sí, mi madre le está explicando a mi novio cómo se preparan patatas panaderas, y yo estoy ahí, observándoles a escondidas, como un tonto enamorado. No me escondo.

Un carraspeo me saca de mi ensoñamiento y miro detrás de mí. Sara me está mirando con una sonrisa en los labios y las cejas arqueadas. Aunque me apetece devolverle la sonrisa y decirle "¿Qué pasa? Déjame" y entrar a la cocina riéndome, no puedo olvidar su traición.

La miro serio y distante, y su expresión cambia de vacilona a, de nuevo, triste. Entro en la cocina, ignorándola, y abrazo a Wilhem por la espalda, quien, sorprendido, se sobresalta al no haberme escuchado entrar.

-¡Qué susto, Simon! -se ríe. Le beso en el centro de la espalda, en ese hueco entre los omoplatos.

-Quería darle los buenos días como es debido a mi novio cocinero. -respondo juguetón.

-¿Cómo es debido? ¿Y mi beso entonces? -Wilhem gira la cara y le doy un pico en los labios. Mi madre nos está mirando, expectante y sonriente, y no me siento cómodo profundizando el beso.

-Se te han pegado las sábanas. -me dice mi madre.

-Si, lo raro es que no se le hayan pegado a Wilhem también. Anoche nos fuimos muy tarde a dormir. Vimos las dos pelis de "Un lugar tranquilo".

-Ah, sí, sí, yo también las he visto. A mí me gustó más la segunda. 

Miro a Wilhem y noto como él me mira de reojo. Digamos que los dos sabemos que a la segunda película no le prestamos demasiada atención, así que decidimos no hacer ningún comentario.

-¿Y qué estáis cocinando? -disimulo.

-Pescado al horno con patatas panaderas. El pescado ya está en el horno. ¿Quieres ayudarnos? -me pregunta mi madre.

-Claro.

Mi madre vigila el pescado, Wilhem corta patatas y yo corto cebolla para ponerla como complemento con las patatas. Mis ojos empiezan a llorar sin control. Odio cortar cebollas.

Como tonto que soy, me pongo a cortar la cebolla mirando al techo, por lo que me termino cortando en el dedo. Aunque es un corte pequeño, a veces esos son los más molestos.

-¡Joder, me he cortado! -exclamo.

-¡Simon! ¿Estás bien? ¿Pero qué creías que pasaría si te pones a cortar mirando al cielo? -Wilhem se ríe pero enseguida deja de cortar las patatas para atenderme.

-Simon, ¿cómo se te ocurre no mirar lo que estás haciendo con un cuchillo en la mano? -a mi madre no le hace tanta gracia. Saca una caja de tiritas y se las da a Wilhem mientras vuelve a ponerse con el pescado.

YOUNG ROYALS 3: EL CAPÍTULO FINALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora