10. LA AYUDA

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Simon

El móvil me vuelve a vibrar y esta vez, por fin, es una videollamada de Wilhem. Me incorporo de inmediato e intento colocarme mis rizos con la mano. Al menos no me cuesta fingir una sonrisa.

- ¡Wilhem! Ya me estaba preocupando.

- Simon, lo siento, he estado casi todo el día en la sala de reuniones trabajando en el segundo plan y en ayudarte.

- ¿Ayudarme?

-Si, ahora te explico. Mis padres me han tenido en cuenta por una vez. Bueno, "nos" han tenido en cuenta. Me he sincerado con mi padre sobre lo nuestro.

- ¿De verdad? -sonrío orgulloso. Wilhem tiene ojos de cansancio, pero una sonrisa en la boca, al igual que yo.

- ¿Has llorado? -me pregunta.

- No, no, estoy bien. -le digo para que no se preocupe.

-Simon... ¿qué dijimos de los secretos? -me pregunta elevando las cejas.

-Vale, vale. Si, he llorado. Pero estoy bien. Ha sido porque no me esperaba lo de Sara. ¿Has leído mis mensajes?

-Si, si, lo siento por no responder, es que prefería llamarte, y de paso, verte.

-Me alegro de que lo hayas hecho.

-Simon, siento mucho lo de Sara. Pero no creo que haya maldad en ella.

- ¿Qué no? Ocultó la verdad solo para que August la ayudara a ser residente en Hillerska. Me traicionó. Es una egoísta mentirosa.

-En parte llevas razón, pero...

- ¿Pero, qué, Wilhem? No la defiendas. -respondo más enfadado de lo que pretendía. -Lo siento, no quiero pagar contigo lo que siento por ella.

-No te preocupes. -Wilhem me mira comprensivo y me tranquilizo. -Hablando de Sara... August ha venido a palacio. Al parecer Hillerska se volvió a llenar de periodistas por lo de la denuncia esta mañana.

- ¿Y tu familia lo ha acogido?

-Si... Quiera o no, él también es familia, así que nos toca protegerle...

-Ya, cómo no. -suspiro. - ¿Habéis hablado?

- Cuando entró en la sala de reuniones con su madre, lo único que le dije fue que ni tu ni yo sabíamos lo que pensaba hacer Sara. Pero no sé si me ha creído.

- Te tiene que creer, Wilhem. Él sabe que estábamos en Hillerska cuando Sara le denunció, y que no hablamos con ella en ningún momento.

- Lo sé, pero... -suspira Wilhem.

- ¿Crees que va a contar lo de las pastillas?

- De eso quería hablarte... Del segundo plan.

- A ver, cuéntame. -Wilhem baja la mirada y sé que le cuesta expresar lo que sea que vaya a decirme.

-Mi familia ha decidido ir a juicio, y sobornaros con dinero para que August salga impune y pueda ser, de nuevo, una opción para sustituirme en el trono.

- ¿Qué? -no sé qué más decir ahora mismo.

- Como ya sabíamos que pasaría si denunciábamos a August, va a tener los mejores abogados del país y mi familia va a hacer lo que sea para protegerle.

-Maldita Sara...-digo tapándome la cara con las manos. – Lo ha estropeado todo.

-Eso no es todo...

- ¿Qué más hay? -pregunto asustado.

- Van a utilizar en el juicio el tema de las pastillas en tu contra. August va a decir que llevabas pastillas y alcohol a las fiestas para que te invitaran, y lo va a demostrar con las iniciales de tu padre en el bote y con la ayuda de Alexander. Va a decir que grabó él el vídeo... Eso va a acaparar la atención del juicio, haciendo a August menos culpable y a ti como un becado camello para que te expulsen de Hillerska y te alejen de mi vida. Al parecer mi madre tuvo una experiencia parecida de joven, y sobornaron con tanto dinero al chico que no se volvió a saber nada de él ni de su familia, solo que se fueron del país.

YOUNG ROYALS 3: EL CAPÍTULO FINALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora