𝑴𝑰𝑨 𝑹𝑨𝑮𝑨𝒁𝒁𝑨 ── ᴛʜᴇᴏᴅᴏʀᴇ ɴᴏᴛᴛ

01 ; p a r t y

1 de septiembre 1995, Hogwarts.

La música de la sala común de Slytherin retumbaba por los pasillos de todo Hogwarts. Luego de la increíblemente aburrida charla de bienvenida de Dumbledore, como todos los años, una vez que los alumnos se van a sus respectivos cuartos luego de la cena, las serpientes suelen organizar fiestas secretas y claro que una fiesta como esa involucra alcohol, drogas y mucha música muggle de los 90s.

Cassie se encontraba buscando a su mejor amiga, Pansy Parkinson, la cual notó que esta misma se encontraba coqueteando con otro estudiante de Slytherin, rodó los ojos y se acerco a ella.

─ ¡Te he estado buscando por todos lados! ¿Donde estabas?

─ ¡Cass! ¡Te he extrañado demas-sssiado!.─ respondió balbuceando tontamente.

─ ¡Estas ebria, Pans!.

─ ¡Como sea!, no sabes a quien vi en la fiesta.─ mencionó rápidamente cambiando de tema.

─ Déjame adivinar, ¿Rubio, alto y estúpido?.─ bromeaste.

─ Está aquí y no vino solo.─ Pansy guió su vista a mis espaldas.

Al darme la vuelta pude ver a Draco Malfoy, con su típica sonrisa egocéntrica y su traje negro ceñido al cuerpo, en su mano derecha un whisky y en la otra una rubia que parecía ser de Ravenclaw.

─ A quién le importa ese idiota, ¡Vamos a bailar!.─ ánimo su amiga a su lado.

Sujeto su mano guiándole a la pista donde los demás estudiantes se encontraban bailando, besándose, fornicando o inhalando sustancias de dudosa procedencia. Cassie se sentía muy bien esa noche.

Draco, que se encontraba sentado en los sillones al fondo de la fiesta, daba sorbos largos a su vaso mientras que observaba a su ex novia bailar en la pista, simplemente no podía dejar de mirarla y sentirse furioso por haber sido un tonto con ella.

─ Cariño, ¿Por que no me buscas otro trago?.─ le habló a su acompañante de la noche, la rubia asintió rápidamente a sus ordenes.

─ Hasta que se te despega, amigo.─ Blaise se sentó a su lado entre risas.

─ ¿Nueva conquista, Draco?.─ ahora se sumaba el joven Theodore Nott a la conversación.

─ No lo creo, solo pasamos el rato.─ comentó mientras volvía a dirigir su mirada a Cassie bailando, cosa que para su amigo Zabini no pasó desapercibida.

─ ¿Sigues pensando en ella?.

─ Me cuesta dejar de pensar en ella, y en los idiotas que la están mirando en este momento.─ respondió apretando ligeramente los puños.

─ Si, bueno, pero tu la cagaste ¿No?.

─ ¡Blaise!.─ Nott lo regaño por su imprudencia.

─ Ay, ahora que dije o que.─ contestó indignado, el castaño negó.

─ Como sea, ella se lo pierde. Nos vemos por ahí supongo.─ comentó parándose de mala gana para luego desaparecer entre la multitud de gente bailando, quedando solo Nott y Blaise bebiendo en el sofá.

─ Sacale una foto, durará más.─ soltó el moreno.

Resulta que luego de la incómoda charla que tuvieron con el rubio, Theodore se había quedado estático mirando a la muchacha bailar en la pista y la forma en la que llamaba la atención sin querer a su alrededor, le era imposible despegar la mirada un segundo de ella. Ella era magnética.

─ No la estaba mirando, Blaise.─ rápidamente retiró su vista de ahí para posarla en su amigo a un lado.

─ No, claro que no, amigo, solo la desnudabas con la mirada─ se burló de el.

─ ¡Basta!, Ahora por eso me fumare solo el último porro de la noche.─ comentó el ojiazul mientras se levantaba de su asiento.

─ ¡Eso no es justo!.─ gruñó Zabini a lo lejos mientras que el castaño se alejaba riendo.

Salió de la cálida y ruidosa sala común, al frío y desolado pasillo, listo para fumarse su último porro mientras que apoyaba la espalda en la pared a un lado de la puerta. Estaba por encenderlo cuando de repente escucho ruidos de esta misma abriéndose, pues salía de allí cierta pelinegra que le resultaba bastante familiar.

─ Malditos tacones.─ balbuceo la pequeña mientras levantaba un pie para intentar arreglar uno de sus zapatos.

─ ¿Necesitas ayuda, Harrington?.─ bromeó a su lado el castaño, haciendo que ésta pegue un pequeño salto aterrada.

─ ¡Mierda, Que susto!.─ la joven se llevó una mano al pecho.─ Oh eres tú, Nott, ¿Que estás haciendo aquí? creí que la fiesta era adentro.

Theodore y Cassie se conocían hace bastante, desde que Draco comenzó a salir con la muchacha él no dudo en presentarle a sus mejores amigos, uno de ellos era el joven Nott. Desde que se conocieron Theo nunca entendió por que alguien como ella saldría con alguien como Malfoy. Suena un poco mal, dado a que es su mejor amigo, pero sabía que Draco no merecía a la dulce joven.

─ Solo quería tomar un poco de aire, ¿Que le paso a tu zapato?.─ habló el castaño mientras exhalaba el humo del cigarro.

─ Se rompió bailando Abba.─ comentó riéndose levemente, mientras que el joven carcajeaba.

─ Bueno, eso es algo patético, Cassie.─ se burló sonriendo.

─ Oh, cállate, Abba está infravalorado, ¡en realidad son geniales!

─ Lo que tu digas.─ río.─ Ven aquí.

La joven tembló por un segundo ante su último tono demandante, pero luego sonrió y se acercó lentamente hacia él, el muchacho se arrodilló en el piso delante de ella, poniendo el pie de la muchacha con el tacón roto en su pierna para luego sacar su varita y murmurar un "Reparo" logrando que el tacón se arregle por arte de magia, literalmente. De hecho, no solía hablar mucho con Theodore pero siempre le pareció que era un chico agradable y gentil, o al menos con ella siempre lo fue.

─ Gracias.─ murmuró mientras lo veía a los ojos.

─ De nada.

El muchacho subió su vista hacia arriba aun arrodillado frente a ella, observando a la pelinegra que tanto lo volvía loco. Rápidamente pensamientos intrusivos inundaron la mente del castaño haciéndolo pensar lo imposible que sería que alguien como Maddie se fije en el.

─ Creo que ya debería regresar adentro, Nott.

─ Puedes llamarme por mi nombre, ¿Lo sabías?.─ bromeó un poco mientras se levantaba del suelo.

─ Adiós, Theodore.─ le guiñó un ojo.

Y así como salió volvió a entrar por aquella puerta, dejando al muchacho con una extraña sensación de emoción en su pecho por haber cruzado aun que sea unas palabras el día de hoy, esperando ansiosamente que se repita aun sabiendo lo mal que estaba.

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