10 ; t h e l i b r a r y

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17 de septiembre de 1995, Hogwarts.

Una nueva semana en el colegio de magia y hechicería de Escocia daba por comenzado, la época de exámenes se acercaba y el estrés era notable entre los estudiantes, aquellos quienes se paseaban por allí con sus pesados libros y grandes ojeras. Sin mencionar que el gran comedor y la biblioteca se habían llenado de jóvenes brujos por doquier intentando extraer todos los conocimientos que pudiesen de aquellos libros.

El grupo de estudio de Theodore estaba conformado por Blaise, Adrián, Hannah y él. Era totalmente agotador ver a la rubia hasta en la sopa últimamente, hasta llegó a pensar que estaba loca y lo seguía, aun que pruebas no le faltasen no podía dejar de dudar de ello. Mientras todos se encontraban debatiendo y hablando entre sí sobre diferentes ideas, el castaño no podía concentrarse en otra cosa que no fuese pensar sobre algo en concreto, pues sentía que la estaba cagando con Cassie cada vez que hablaban, pero el muchacho no podía evitarlo, era como si necesitará de la presencia de la pelinegra para que sus días fuesen un poquito menos miserables.

Con todo el estrés que trajo la semana de exámenes el primogénito de los Nott no sabía como lidiar con la obligación mental de tener que ser el mejor en todos los exámenes, puesto que a su padre le había dado por ser alguien demasiado exigente por lo que una nota baja sería el fin.

Aun que no lo malentiendan, estaba totalmente agredecido de estar en hogwarts una vez mas, ya que sus vacaciones fueron de lo mas aburridas, todo el día tocando el piano en su solitaria mansión o yendo de aquí para allá con su padre a estúpidas reuniones que se organizaban entre las familias sangre pura, si le preguntaran a Theo les diría que la gente solo iba a allí a emborracharse o hablar de quien tú sabes, parecían algo obsesivos con el tema, pero a él nunca le importaron esas cosas. No lo malinterpreten, era divertido ver a ebrios ricachones con sus trajes caros discutir sobre su odio a los muggles y aquella pureza de sangre, pero sin lugar a duda su parte favorita era cuando podía ver a los Harrington llegar.

El matrimonio Harrington era conocido por ser una de las 28 familias sangre pura, portadoras de una magia casi única e inigualable a los demás, aquel apellido era bastante conocido y poderoso entre brujos y brujas de todas partes del mundo, dado que la historia que cargaban sus antepasados era una de las mas interesantes que se podía oír hoy en día.

Katherine y Charles Harrington no eran como cualquier otra pareja que podías observar en aquellos eventos, dado que nunca sintieron algún tipo de odio o desagrado hacia sangres sucias o muggles. Uno debe pensar que al ser una de las grandes familias sangre pura se quedarían con aquella idea retrógrada como los demás pero no era así. Aun que se las arreglaban bastante bien si tenían que fingir delante de otros el odio hacia las personas no mágicas, no les gustaba pero tampoco es como si les quedara de otra.

Y por último, pero no menos importante, su adorable y querida hija Cassidy Harrington, primogénita y heredera de la fortuna de la familia de los Harrington's, dulce y delicada para absolutamente todo. En realidad, había muchas palabras que podrían describirla pero hacerlo solo sería limitarla y ella es mucho más.

Casi sin darse cuenta la capana que indicaba receso había sonado fuertemente indicando receso y los estudiantes no esperaron para salir prácticamente corriendo de allí en busca un poco de aire fresco y descansar un rato de los libros, Theodore por poco notó como sus amigos se levantaban recojiendo sus cosas, el castaño hacía lo mismo cuando sintió una presencia a su lado.

─ ¿Descansamos juntos?

Fijó su vista en aquella voz que comenzaba a irritarlo y se lamento de solo tener que interactuar con aquella molesta hufflepuff con la que se acostaba. Al principio era divertido ya que a Hannah no le importaba que aquello solo fuera carnal y no se involucren sentimientos pero últimamente la joven lo busca hasta cuando va al baño sin darle respiro alguno, lo peor era que ni siquiera le gustaba solo intentaba olvidar a cierta pelinegra.

𝑴𝑰𝑨 𝑹𝑨𝑮𝑨𝒁𝒁𝑨  ──  ᴛʜᴇᴏᴅᴏʀᴇ ɴᴏᴛᴛDonde viven las historias. Descúbrelo ahora