09 ; d i v i n a t i o n

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13 de septiembre de 1995, Hogwarts.

Ya habían pasado casi dos semanas desde que comenzó el año escolar y por primera vez Cassie no quería levantarse de su cama para asistir a clases, no sabía si era por todo aquel agobiante asunto de Draco y su tonto capricho de querer volver a ser novios, sin mencionar las mil cartas que le enviaba a su cuarto.

De vez en cuando enviaba rosas, pero ella siempre fue mas de orquídeas.

Otro pensamiento recurrente en la pequeña mente retorcida de la pequeña sin lugar a dudas fue Theodore, por alguna razón sentía que las cosas habían quedado algo tensas después de la fiesta, realmente no había entendido el extraño comportamiento de su amigo pero intentaba no pensar en aquello, sin embargo el hecho de que pareciera que la estuviera evitando o ignorando estos últimos días le carcomía la cabeza.

O simplemente todo este revuelo de hormonas era nada mas que su periodo llegando.

─ Vamos, Cassie. No puedes faltar hoy a clases de nuevo.

Pansy se encontraba a un lado de la cama donde su amiga yacía acostada y aun con pijama puesto, sentía algo de preocupación por la pequeña, nunca se perdía de las clases extracurriculares.

─ Si que puedo.─ dijo quejándose como una niña pequeña.

─ ¿No era hoy tu exámen de Adivinación?

La pelinegra rápidamente se levanto de la cama luciendo extremadamente sorprendida.

─ ¡Mierda!, ¿¡Era hoy!?

Su amiga solo miraba confundida como Cassie correteaba por la habitación intentando buscar su uniforme algo apurada. Había olvidado por completo el exámen de hoy, su mente volaba por las nubes y realmente pensó que podía anotarse en varias materias a la vez y lograr asistir a todas.

─ ¿Esta todo bien últimamente?─ pregunta la morena intentando indagar en el extraño comportamiento de su amiga.

─ Sí, ¿Por qué no lo estaría?─ contestó Cassie mientras se cerraba los botones de su camisa.

─ No lo sé, tu dimelo.

La pelinegra terminó de vestirse para alisar su falda antes de acercarse a Pansy e intentar tranquilizarla.

─ Estoy bien.─ le sonrió para luego irse de allí casi corriendo antes de que su amiga quisiera indagar más.

Corría despavorida por aquellos largos y altos pasillos que caracterizaban el gran castillo, recordó como solía perderse seguido por allí cuando recién llegaba a Howarts y no conocía lo engañosas que podían ser aquellos muros de piedra, sin mencionar que las pinturas te seguían con la mirada a donde quiera que fueras.

Venía tan metida en sus asuntos que no notó cuando chocó con un formido y duro pecho masculino.

─ Lo siento, venía distraída.

Hizo una pausa al notar a cierta cabellera rubia bastante conocida delante de sí.

─ Draco.

─ Que sorpresa encontrarnos de esta manera, Cass.─ dijo con su usual y encantadora sonrisa de niño bueno.

─ De hecho, estoy llegando tarde.─ intentó escapar de allí.

─ Oh, ¿Estás yendo al exámen de Adivinación?

─ Sí.─ dijo mirando el reloj de su muñeca intentando que el muchacho capte lo apurada que estaba.

─ Que coincidencia, me dirijo allí también.─ sonrió el rubio.

𝑴𝑰𝑨 𝑹𝑨𝑮𝑨𝒁𝒁𝑨  ──  ᴛʜᴇᴏᴅᴏʀᴇ ɴᴏᴛᴛDonde viven las historias. Descúbrelo ahora