05 ; w e e k e n d

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8 de septiembre de 1995, Hogwarts.

El primer fin de semana llegaba finalamente a Hogwarts, trayéndonos consigo a un montón de estudiantes correteando de aquí para allá, algunos con sus maletas listos para visitar a sus familiares, otros de ellos se preparaban para ir a Hogsmeade a pasar la tarde con una buena cerveza de mantequilla o simplemente estaban aquellos que se disponían de visitar aquel pequeño pueblo mágico. Sin mencionar que el ambiente ese día se sentía frío y hostil, el cielo era de una tonalidad gris y la nieve caía con delicadeza por todas partes, llenando consigo los abrigos de la gente.

Cassie se encontraba del brazo de su mejor amiga observando como los estudiantes mas pequeños corrían alegres hacia el tren que yacía allí. Normalmente ellas no solían volver a sus casas de visita el primer fin de semana, sus hogares se volvieron algo grises y tristes en estas épocas del año con todo lo que acontecía con el señor oscuro, era una situación algo delicada para los hijos de mortifagos y extraña de mencionar para todos.

─ ¿En que piensas, Cass?─  preguntó Pansy al notar la melancólica mirada de su compañera.

Cassie rápidamente salió de su trance y se volvió a su amiga para mirarla con una pequeña sonrisa, en un intento de cambiar su expresión y no preocupar a su amiga.

─ ¿Recuerdas como solíamos colarnos en el tren cuando nuestros padres no firmaban nuestras salidas?─  recordó entre risas tratando de desvíar el tema.

─ A Blaise siempre lo descubrían.─  acotó la castaña, mientras ambas reían al recordar viejos momentos.

La verdad es que hace unos años la estancia de la muchacha allí fue de lo mejor que le pudo haber pasado, ya que como en su casa solo hablaban de temas triviales para la época como lo eran el dinero y la pureza de sangre, venir aquí era como un escape de toda esa aburrida y superficial realidad. Sin mencionar que allí conoció a sus amigos en los primeros años en Hogwarts, sin mencionar el gran vínculo afectivo que había conseguido con aquel Slytherin rubio, pero eso ya era otra historia.

─ ¿Hablaban de mi?─  se asomó Blaise, pasando sus brazos a cada lado de sus amigas divertido.

─ No, nadie hablaba de ti.─  dijo Pansy rodando los ojos y quitando su brazo de encima.

─ Como sea, ¿Vendrán hoy?─ cambió de tema sonriendo, siempre alegre.

─ ¿Ir a donde?─ preguntó esta vez Cassie, algo curiosa.

Pero al instante, notó como Pansy empujó levemente con su codo a su amigo, invitándolo a callarse disimuladamente, cosa que la pelinegra no pasó por alto.

─ A ningún lado, él solo bromeaba, ¿No es así, Blaise?─  dijo mirándolo acusadoramente, él la miró mientras levantaba una ceja.

─ ¿De que rayos hablas, loca?─  respondió sobandose en dónde su amiga lo había golpeado no tan discretamente.─ Está noche iremos todos al cuarto de Draco a emborracharnos un poco.

Cassie miró rápidamente a Pansy mientras levantaba una ceja al notar que su amiga no le había mencionado  aquello.

─ Perdón, no quería que te sintieras incómoda yendo, es más, yo ni siquiera iba a ir.─ habló rápidamente su amiga intentando explicarle.

La muchacha suspiró ya cansada de la misma situación, desde que comenzó el año sentía que al haber terminado con Draco sus amigos en común comenzarían a separarse y se generaría esta incomoda tensión cada vez que alguien mencionaban el nombre del otro en alguna conversación. Además, tampoco quería que le tuvieran lástima o sintieran pena por ella, por lo que decidió ir.

𝑴𝑰𝑨 𝑹𝑨𝑮𝑨𝒁𝒁𝑨  ──  ᴛʜᴇᴏᴅᴏʀᴇ ɴᴏᴛᴛDonde viven las historias. Descúbrelo ahora