𝑴𝑰𝑨 𝑹𝑨𝑮𝑨𝒁𝒁𝑨 ── ᴛʜᴇᴏᴅᴏʀᴇ ɴᴏᴛᴛ

23 ; i n t h e f o r e s t

   El día parecía bastante agradable con aquel clima templado y sol despampanante saliendo del otro lado del castillo, bastante peculiar para estar a fines de septiembre, mas aún cuando se está tan agusto en los patios de Hogwarts más específicamente en la clase de Cuidado de Criaturas Mágicas, la cuál era llevada a cabo bajo la tutela del gigantesco guardabosques de la escuela, Rebeus Hagrid, quién parecía tener bastante madera para la clase dado que eran bastante divertidas al estar al aire libre y poder observar mas de cerca aquellas criaturas que se resguardaban en el bosque.

─ ¡No se separen del camino, recuerden que nos adentramos al bosque prohibido!─ anunció Hagrid ante los estudiantes.

─ Creí que no se nos permitía ir─ habló Hermione con unos cuantos libros en su mano.

─ No sin una figura de autoridad consigo─ explicó el barbudo mientras guiaba a los demás.

Cassie continuó caminando mientras observaba los altos pinos a su alrededor en busca de admirar aquella belleza de paisaje delante de sus ojos, claro que su tranquilidad fue destruida rápidamente al escuchar la voz de Draco Malfoy a sus espaldas.

─ ¿Figura de autoridad?─ se burló el rubio entre dientes junto a Crabbe─ Jodidamente patético, ni siquiera sé por qué dejaron que de clases aquí.

La pelinegra solo rodó los ojos tras escuchar aquello y aquel usual mal genio que era de costumbre escuchar de él jóven Malfoy, sin embargo intentó no darle importancia continuando su caminar ignorandolo. Su amiga quién caminaba a su lado notó aquello y enredo su brazo con el de ella para subir un poco su ánimo.

─ Parece que alguien se levantó mas gruñón de lo normal─ habló Pansy por lo bajo mientras miraba al causante de su molestia.

─ Él odia venir aquí─ acotó Cassie mientras miraba el piso, las hojas de los árboles caían suavemente y se esparcían por doquier.

─ No lo culpo, después de lo que pasó en tercer año con el hipogrifo─ contestó riendo su amiga.

Todos sabíamos aquella historia en la que el rubio había querido desafiar e intentar probar su valentía, sin exito, aquella tarde en los bosques cuando el maldito pajaro saltó sobre él. De hecho era algo divertido de recordar, aun si en su momento no lo fue tanto, tras las circunstancias la jóven tuvo que soportar el desencadenante mal humor que el rubio cargaba despuésde aquello, llegando al punto de que le prohibió totalmente interactuar de alguna forma con Potter y sus amigos.

Sí, un maldito idiota ahora que lo pensaba.

Como sea, aquello no fue de mucha importancia cuando ambas se encontraban caminaban a la par cuando un salvaje Blaise algo molesto apareció a su lado balbuceando alguna que otra maldición al caminar mientras se aproximaba a ellas.

─ ¡No recordaba lo tedioso que era venir al bosque!─ farfulló molesto─ Mi preciada túnica está repleta de tierra y creo que pise popo de duende.

─ No hay duendes cerca de Hogwarts─ habló Cassie riendo.

─ ¿Ah, no? Me pareció haber visto uno justo delante de mi─ contestó bromeando como era de esperarse respecto a la baja estatura de Cass.

─ ¡Hey!─ la peliengra le pegó suavemente en el brazo fingiendo enojo.

─ Solo disfruta de la naturaleza y no seas una niñita─ exclamó ahora Pansy.

─ ¡Cuando te levantes dos horas antes para planchar perfectamente tu uniforme hablamos, niñita!─ farfulló el moreno.

─ ¿Ah, sí? Creí que te levantabas antes para leer algunas páginas de tu novela─ habló Theodore apareciendo en el campo de visión de los muchachos y uniéndose a la conversación mientras retomaba su camino, aprovechando la situación para molestar a su amigo─ ¿Como era que se llamaba? ¿Cincuenta sombras de gre-