VIII

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Estocolmo.

Capitulo 8.

|Seis|

«Quise mostrar que mi corazón era duro ante ti, pero al pasar el tiempos me arrepentí »

Aún no se acostumbra el caminar por un pasillo estrecho cubierta de únicamente un paño completamente húmeda sujeta de la mano de Uchiha Itachi uno de los mayores criminales que existen en el mundial ninja. Hacia tanto frío que no evitar temblar le resulta difícil y parecía tan lejana la onda del hombre que era aterrador, sus cabellos largos hasta la espalda completamente mojado pecado a su piel comenzaba a molestar y se preguntaba muchas cosas en este momento. Aunque debía admitir que se sentía mucho mejor después del baño, como si toda la mugre de su cuerpo pensaba kilos en su ser hasta que finalmente se deshizo de eso.

Finalmente hallaron con la habitación la cual el masculino abrió dejando entrar a la joven primero quien inmediatamente se colocó en una esquina por instinto. Una vez había salido de la ducha su ropa había desaparecido y eso le causa un pánico excepcional, no sabía que quería ese psicópata de ella y preguntarle ya le daba miedo por temor a la respuesta.

- ¿Porqué me miras así? - preguntó sin más el mayor. Le había dado la espalda para abrir sin más el armario buscando algo con sumo cuidado, verlo sin el uniforme era extraño y no era normal pensar que de perfil era irremediablemente atractivo.

- ¿Qué porqué té miró así? - preguntó furiosas soltando una risa sarcástica - ¿Qué hiciste con mi ropas incluyendo la interior? ¿Y como la desapareciste tan rápido? ¿Fue un Genjutsu?

Itachi alzó una ceja.

- Tome tu ropa para lavarla, es todo ¿Qué estabas pensando? - respondió pero de nuevo siguió buscando lo qué sea que buscaba - Y no fue un genjutsu, solo fuí rápido, qué tú eres lenta en tus movimientos no quiere decir que los demás lo sean.

- ¿Porqué tuviste qué tomar mi ropa? - Ino decidió respirar antes de enojarse pero era tan difícil no hacerlo, tenía que contar del uno al mil si seguía haciendo esas cosas con total naturalidad - era innecesario.

- Era muy necesario, porque es antihigiénico terne la misma ropa por seis semanas - Ino se quedó muda, sintió que su mundo dió vueltas.

Tuvo que afincarse de la pared con su espalda para evitarlo caerse, lentamente afincada de esa pared terminó sentada en el suelo, sujetando con fuerzas su toalla para evitar algún accidente. Tragando saliva contuvo su respiración tratando de calmarse, tratando de contar del uno al diez, del uno al cien o del uno al mil. Tal vez recordar las cosas que le gustaban era suficiente.

No. Era imposible haber durando tanto tiempo allí encerrada, seguramente sus padres debían estar sufriendo, sus amigos... ¿Cómo estarían sus amigos? Sentía que su corazón por la sorpresa salía de su cuerpo mientras apenas podía respirar por la sorpresa.

- Oye - escuchó su voz lejana - ¡Oye! - le arrojó una ropa hasta caerle en el rostro trayendo de vuelta a la realidad - Espabila de una vez. Ponte esa ropa, o te dará una crisis creyendo que voy a violarte.

Ino le miró con sus ojos brillantes por un largo trayecto haciendo retroceder al joven un paso, sintió un escalofrío recorrer su columna. Se veía tan vulnerable, sintió una extraña corriente al verla luego ella bajo la mirada mirando las dos prendas de ropa.

- ¿Seis semanas tengo aquí? - preguntó mirandole de nuevo a los ojos.

- Si - respondió.

- ¿Qué quieres de mí? ¿Vas a tenerme aquí de por vida? - preguntó con voz fría y mirada retadora causando de nuevo un escalofrío impactante - mejor ni pregunto, porque tú no vas a respóndeme, solo sal de aquí.

- ¿Y quién te crees para sacarme de mi habitación? - pregunta algo ofendido mientras la veía colocar la ropa en la cama y colocarse de pié.

- ¿Qué quien soy? Tu maldita rehén que pide dos minutos para cambiarse, al menos me debés eso - dijo molesta sujetando la toalla con una mano y con la otra empujando al hombre sin más con la otra, en medio de la sorpresa caminó a medida que era empujado hasta la salida donde la chica le aventó la puerta en la cara al masculino.

Sé quedó allí afuera mirando la puerta con atención hasta que finalmente comprendió la situación, quien sea que fuera el novio de esa chica iba aguantas un carácter de mierda muy caprichoso y su padre seguramente solo tuvo una hija, porque estaba tan malcriada que era evidente sus niñerías. Soltó una sonrisa ante ése carácter mirando la puerta con atención, fue una escena graciosa si lo pensaba bien, una niña de dieciséis años acaba de correr al gran criminal Uchiha Itachi el asesinó de su propio clan de su cuarto en la guarida Akatsuki.

Era gracioso y no pudo evitarlo reírse.

- ¿Porqué le sonríes a la puerta? - de la sorpresa pegó un brinco causando más sospecha en el hombre frente suyo. Kisame estaba mirandole con miedo de que su compañero haya enloquecido de pronto - ¿Y Porqué te sorprende mi presencia? Tu nunca estás descuidado.

Itachi miró velozmente la puerta y luego miró a Kisame mostrando su semblante de siempre.

- ¿Estás enfermo? Tu última si misión te dejo agotado ¿Verdad? - soltó una risa - ¿O estás enamorado?

-¿ Pero que clase de broma tan estúpida fue ésa? - preguntó irritado - ¿Qué quieres?

- No quería ofenderte, pero quería que aterrices a la Tierra, hay que comer algo, ya está lista la comida y Tobi quiere comerse todo el puré de papa- dijo sin más - me pareció extraño que llegarás tarde, pero Deidara ni Hidan han llegado todavía.

- Si, ya voy- dijo sin más encaminándose con él por el estrecho pasillo sin hablar si quiera con su compañero.

- Tienes mucho que pensar al parecer - fue lo único que comento el más alto guardando silencio.

ESTOCOLMO. [Itachi x Ino]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora