XVIII

138 17 0
                                    

Estocolmo.

Capitulo dieciocho.

|Locos|

«Deje que todo fluyera, ése fue mi mayor error».

      No había podido resistir el besar a Itachi, era un sentimiento que tenía que ser liberado y de no serlo el tragárselo iba a hacerle mucho daño más para una mujer como ella quien decía lo que pensaba sin dudar. Tenía que admitir que tenía un miedo descomunal al tomar la decisión repentina pero no había vuelta atrás, así que lo único que realmente esperó fue el resultado de sus labios contra los masculinos. Itachi se quedó paralizada incapaz de reaccionar positiva o negativamente, la sensación repentina de los labios femeninos contra los suyos la hicieran perderse en un mundo perfecto. Sin oportunidad de moverse porque su cerebro no pensaba con claridad más que intentar entender la situación:

     Ella lo había besado. No entendía a qué iba ésto, podría ser por su arrebato emocional que lo lleva besarlo porque era idéntico a su hermano y pensar eso le dolía mucho pero también cabía la mínima posibilidad de que a ella le gustase lo cual era imposible tal vez solo estaba confundida porque estar enamorada de tu enemigo era algo de demente. Aún así no pudo reaccionar, estaba demasiado ocupado pensando hasta que sintió los perfectos labios femeninos separarse de él, fue cuando su mente volvió a el presente actual percatandose de algo: ella lo había besado y él se quedó como idiota.

      Ino con sus mejillas ruborizadas y ojos aún repletos de lágrimas agachó la mirada con ternura, sus ojos azules se perdieron en las manos masculinas cuyas uñas estaban pintadas perdiendose unos segundos en el color del esmalte masculino y dibujó una sonrisa parecida a una mueca.

      — Lo siento —. Su voz se quebró de nuevo dejando ver sus transparentes lágrimas —. Creerás tantas cosas de mi pero... —, su nariz igual de roja por dónde cayeron lágrimas hasta caer por las cobijas —... Me gustas mucho, creerás que estoy demente o que lo confundo con su hermano pero no es así... —. Su garganta le dolía con tan solo hablar mientras el corazón se destruye y en su mente piensa que se ve realmente patetica y poco atractiva en ese estado —... realmente me gusta y creo que me volví loca, sin duda alguna creo qué sufro de Estocolmo.

      Itachi tragó grueso al escucharla mientras sentía un golpe en el pecho que parecía querer romperse en fragmentos. Se sentía feliz, no sentía merecerlo pero se sentía sumamente feliz. Estirando sus manos secó con sus pulgares las lágrimas de Ino quién se sobresalto al sentirlo pero rápidamente acostumbró a su frágil tacto, sus pulgares limpiaron los rastros de sus lágrimas cerrando los ojos en el proceso de sentir sus dedos. Al principio cuando se quedó paralizado con su beso se sintió rechazada a tal punto de sentirse hasta fea pero con unicamente cerca sus lágrimas aún eun escuchar una palabra lograba calmarse un poco, tragando saliva con cada toque en su semblante hasta que se detuvo fue cuando abrió los ojos.

      Él estaba sonriendo, muy cerca de ella mostrando un brillo inusual en sus ojos y sintió sus mejillas arder al ver semejante imagen perfecta. Sorbiendo su nariz mientras tiritando del frío aún mantuvo su mirada en él para no olvidar nunca esa especial sonrisa aún el momento de desvanecerse.

       Itachi la contempló varios segundos al tenerla en sus manos como si no fuera real el tenerla así entre sus dedos. Ella le decía que le gustaba él y no por parecerse a su hermano, era algo tan insólito que ella misma se categorizo como demente quien sufre de Estocolmo y en cierto sentido no se equivoca en lo más mínimo, pero él también estaba loco por enamorarse de una chica menor quién habia secuestrado así que si ambos sufrían síndromes como Estocolmo y Lima ¿Porqué no dejarse guiar por sus emociones como lo harían un par de dementes?

       Olvidó los akatsuki, su clan, su pasado, incluso su hermano y con total desición brillando en sus ojos desocupó una de sus manos para acariciar parte de su cabello, unas hebras de cabello tan largo que logró acariciar hasta rozar su rostro, oliendo su extravagante aroma que lo enloquecía desde el primer momento que estuvo cerca de él aún ante la atenta mirada en la menor qué parecía sorprendida por su actual actitud.

       — Emh... —. La rubia que para ella estar en silencio era difícil iba argumentar acerca de porque le acariciaba el cabello pero fue acallada por el beso masculino que le robó el aliento.

      Se sentía débil cuando el Uchiha aprisionando sus labio de la nada le robó el aliento, sus labios sabían demasiado bien sintiendo que se eleva al mismísimo cielo con cada choque de sus labios húmedos. Los latidos de su corazón se perdieron, le dolía el pecho de tanto que pálpito mientras cerraba los ojos dejándo sentir las sensaciones que sentía. El cálido pero fuerte abdomen de Itachi rozaba contra sus pechos sintiendo la fricción mientras las manos del masculino tocaban su cabello y mejillas con tanta delicadeza y cariño que sentía derretirse, nunca imagino que alguien como él fuera tan amable con cada toque de sus manos. Sin querer quedarse atrás pero sin mucha oportunidad de seguirlo el ritmo de sus besos, de acercó más acariciando también el cabello del Uchiha, sintiendo los mechones de su cabello contra sus dedos a la vez que su otra mano se afinco del pecho masculino cuando esté tomando con una de sus manos la cadera la empujó sin dudarlo a él para estar mucho más cerca. Sin embargo cuando no podían más y perdieron el aliento soltaron un respiro profundo al separarse.

      Podía escuchar la respiración pesada del contrario cuando se ocultó en su cuello causando que la chica se sintiera confundida y cuando le iba a preguntar algo este último habló con lentitud y voz muy baja..

       — Estamos locos los dos—. Le dijo en la punta de su oído al sentir las sensaciones de su cuerpo al tenerlo cerca, hablando a su oído con ese tono tan sexy y masculino al mismísimo tiempo —. Porque tú también me gustas mucho.

      Se le detuvo el corazón, quiso mirarlo pero en realidad el chico seguía recostado en ella ocultando su cara entre sus hombros y en un intento de acercarla a él la cogió en la cintura para fundirse en un abrazo que ella correspondió cerrando los ojos como una niña pequeña, sintiendo el olor de hombre que venía de él ruborizandose ante sus pensamientos, fue entonces que Itachi sin deshacer el abrazo le miró a los ojos atentamente cachando su rostro completamente rojo causando una sonrisa de parte de él.

     — Que linda te ves así —. Le dijo con una sonrisa encantadora que la perdió por completo pero manteniendo su compostura miró con atención al muchacho —. Aunque tú siempre te ves bonita.

       — Por supuesto que sí —. Afirmó entonces — soy la belleza de konoha —. Lo dijo con seguridad causando una pequeña carcajada en el masculino quien le robó de repente un beso fugaz en los labios dejándo sin palabras a la rubia —. Es temprano, no te dormido nada así que tengo que irme —. Fue entonces que se fijo que ya era de mañana causando una mirada desilusionada en Ino fijandose al instante.

       — Será rápido, sabés que sí, Ino —. Lo dijo besando su mejilla antes de irse dejando a la mujer sin palabras.

       Con su mano derecha tocó su mejilla, había dejado resto de su saliva y también en sus labios, soltando una amplia sonrisa se desplomó en la cama rebotando en el proceso, sentía una felicidad increíble al recordad la escena, ése fue su primer beso.

        Su primer beso.

       Soltó otra risa boba abrazando la almohada.

       — Es tan guapo y tierno a la vez —. Soltó en una carcajada —.  Y misterioso y curiusamente único —. Continuó hablando ahogando un grito de emoción al soltarlo en la almohada. Parecia un sueño del cual quería despertar, se sentía flotar en una nube al recordar sus manos, sus labios, su sonrisa que se perdía en su ser por completo.

      Cerró los ojos recordando una y otra vez el momento de su primer beso pero sin darse cuenta de había quedado completamente dormida.

ESTOCOLMO. [Itachi x Ino]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora