XV

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Estocolmo.

Capitulo quince.

|Tanto tiempo...|

"Yo quién había olvidado como era que alguien se preocupe por ti sentí de golpe cada una de sus atenciones "


Cuando los rayos del sol golpearon suavemente sobre su cara fue que abrió los ojos con pesadez sintiendo una dolorosa migraña repentina, el calor que expulsa su cuerpo a través de los ojos no lo permitían identificar bien lo qué veía aunque estaba seguro era el techo. Intentó moverse con pesadez, pero cada movimiento era un sufrimiento horrible entonces hizo una mueca de fastidio, sin pensarlo se levantó de golpe sentándose en la cama.

Cada uno de los músculos de su cuerpo se flexionan del dolor al hacerlo y sentía su cabezas romperse em dos a su vez unas ganas inmensas de vomitar. Tenía tiempo sin enfermarse, no recuerda la última vez es haber caído inconsciente de fiebre tal vez hace tres años, estaba acostumbrado a curarse sólo, no era sano pero tampoco ees que le quedaba de otra más allá de quedarse dormido esperando que su cuerpo se cure solo.

- ¡No te sientes de golpe! - se desconcertó al escuchar la voz femenina habiendo olvidado que tenía compañía. Al parecer no se le ocurrió otra ocasión para enfermar cuando estaba esa chica allí ¿No podía enfermarse en otra ocasión? Sin duda alguna el karma era una perra. De pronto sintió los brazos al rededor de su pecho expuesto... Un momento ¿Cuando se había quitado ls camisa? Al instante de mirar su abdomen expuesto logró vislumbrar que su camisa eataba destrozada, así que solo colgaba encima un par de tirones de tela, eso era demasiado extraño y confuso más cuando la mano femenina que tomó parte de su pecho y espalda lo acostaron de vuelta - es muy doloroso para ti cuerpo levantarte de golpe, debes descansar.

Y como si fuera una especie de película su mente empezó a rebobinar y analizar lo que estaba pasando. Recuerda haber sentido que se ahogaba y haber visto su rostro en medio de su delirante fiebre así como alguien arropando su cuerpo con delicadeza mientras soñaba con su madre.

¿Ella lo había atendido cuando había caído inconsciente? ¿Acaso no era mejor intentar fallidamente de escapar? Tragando un poco de saliva intentó hacer memoria guardado silencio una vez acostado de vuelta pero no le venía nada de la noche anterior, su fiebre estaba tan alta que solo recuerda aquélla imagen de ella sobre él mientras sentía que se ahogaba.

- Al menos estas despierto y no tienes fiebre - escuchó la voz animada de la menor con total entusiasmo, parecía aliviada, fue entonces que se giró a mirarla.

Tenía unas ojeras horrible reflejando un extremo cansancio en su semblante, su cabello rubio estaba despeinado y su pecho subía y bajaba mostrando una preocupación innegable. No podía creer lo que veía.

Esa niña lo había cuidado, había durado la noche en vela por él, literalmente su secuestrador quien lo alejó de su aldea, de sus amigos, de su familia. Simplemente era absurdo pensar que esto podía pasar porque literalmente era más factible que la menor cogiera un kunai y le degollara el cuello.

- Tu... - apenas podía escuchar su voz demasiado ronca, hablaba despacio pues cada sílaba le causaba dolor en la mandíbula al hablar - ... ¿Estuviste la noche en vela? - preguntó finalmente.

- Pues sí - respondió sin más.

- ¿Me atendiste? - preguntó, mirando con atención cada expresión de la chunin quién extrañada inclinó la cabeza hacia un lado y soltando una sonrisa antes de responder formándose unos pequeños hoyuelos en las mejillas:

ESTOCOLMO. [Itachi x Ino]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora