ESTOCOLMO. [Itachi x Ino]

XVII

Estocolmo.

Capitulo diecisiete.

|¿Me odias?|

«Entonces todo explotó de golpe»

No pegó ojo en toda la noche después del comportamiento extraño del Uchiha, tenía Muchas preguntas en su mente pero lo que menos le hizo dormir fue su ausencia, estaba tan acostumbrada a él que simplemente se sentía insegura sin él a su lado. Al instante que intenciones salir algo le hizo daño en su cuerpo al intentar abrir la puerta, seguramente tenía un sello, así que intentó seguir durmiendo pero fue completamente inútil porque terminó pensando en cada una de sus expresiones, incluso irritado no podía sacarlo de su mente. Tal vez era el hecho de haber estado encerrada por quién sabe cuánto tiempo que le estaba empezando afectar el cerebro y empezaba a encariñarse con la persona presente pero sabía que no era así, porque no dejaba de pensarlo, no dejaba de sentirme un solo segundo cada una de las emociones del masculino indescifrables.

Ya no podía negarlo.

Le gustaba Itachi Uchiha.

Y no era por su extremo parecido con Sasuke su primer amor que atrapaba a la chica, no, en absoluto. Era diferente porque intentaba recordar los sentimientos por Sasuke y se habían vuelto insípidos en comparación con él...

Lo sentimientos por Itachi quemaban, lo Sasuke eran más un gusto hacía él. Sus sentimientos por Itachi ardían tanto que se quemaba por dentro al querer liberarlo, le hacía daño el pensar en su persona además que quería averiguar quién era él , sus tristezas y alegrías quería formar parte así fuese de algo pequeño. Le causa malestar, le dolía el alma.

Era verdad, cuando amas se sufre por amor. Ahora entendía muchas cosas mientras sus pensamientos volaron libremente durante una larga y fría madrugada, sin embargo ni una vez derramó lágrimas hasta que salieron ligeramente los rayos del sol. Fue entonces que comenzó a llorar cuando la escena de Itachi aventando con fuerza la puerta luego de enojarse con ella volvió a la mente junto con un pensamiento que le deprimió:

«¿Y si me odia?»

Era tan altamente probable que no pudo evitar una punzada en el pecho. Después de todo no había mostrado muchos dignos de apego o afecto más qué absurdas conversaciones cortas, silencios cómodos y el mantenerla con vida por razones que no entiende. Así que bien podría odiarla, eso no lo soportaría, era aceptable que no le quisiera pues era su secuestrador además de mayor a ella seguramente las niñas caprichosas no eran lo suyo menos cuándo están enemigos. Pero aún así qué él la odie mi lo soportaría bajo ningún concepto, le dolería tanto que no podría soportarlo bajo ninguna lógica, se desmoronaria...

Se destruiría por completo si eso fuese así, incluso ahora le costaba respirar y le comprimia el pecho.

«Supongo que la belleza no lo es todo»

Recordó esas palabras de pronto y se sintió insegura, cubriendo su cuerpos entre sábanas. Ella quien era segura de si misma y su apariencia física se sintió como un pez fuera del agua de pronto, cómo si se cayera a un lago profundo de miseria, en un pozo infinito de dolor.

Extraño a su padre como nunca, él le daría un abrazo.

Extraño a su madre quien le entendería.