ESTOCOLMO. [Itachi x Ino]

XLIV

Estocolmo

Capitulo 44

|Peligro en asecho|

"Si, estoy cansado, lo reconozco. Pero no lo bastante para dejar de querer a quienes quiero incondicionalmente"

   Se levantó a plena noche a eso de una madrugada temprana sintiendo de nuevo ese espantoso olor que le daba náuseas pero no le tomó mucha importancia, Ino bajo por las escaleras para llegar a la cocina sintiendo un completo silencio porque era muy tarde, lo único que podía escuchar era el sonido de los grillos pero había algo que le llenaba de dudas, desde hace unos minutos sentía que alguien la observa como si no estuviera sóla cosa que intentó ignorar durante todo el tiempo que tomó agua en la cocina. Se sentía como cuando estaba pequeña y sus padres no estaban, aunque ahora sus padres no estaban y ella estaba acostumbrada a momentos así está vez sentía el ambiente tan diferente. El viento sopló su cara fuertemente, incluso el viento estaba extraño porqué sintió que el frío cortaba su rostro. ¿Porqué se sentía así? Era como extraño este día como si algo le decía que estaba mal. Itachi una vez le dijo cuando entrenaban que debía confiar siempre en sus instintos, pero no sabía realmente que era lo que activa sus sentidos, entonces escuchó un zumbido que la hizo moverse veloz hacia la izquierda esquivando un ataque rápidamente. Era un anbu, de su misma aldea de hecho cuya máscara cubría su cara así que no podía identificar lo que él ninja pensaba o hacia, lo que sí sabía era que tenía miedo ¿Porqué ése anbu la atacaba? Estaba aterrada, casi temblando sintiendo un pequeño sudor caer por el lado de su sien, no tenía ni si quiera un kunai encima, su ninjutsu no era opción porque es complejo de realizar así que podría usar taijutsu pero para hacerlo tendría que esperar a otro ataque para contrarrestar.

     — ¿Qué es lo que quieres? —. Preguntó nerviosa, en un acto inconsciente acarició su estómago pensando que no debía cuidarse solo ella, miró a su alrededor incluyendo a la ventana fijándose en una cosa: ¿Qué hace un cuervo cerca de su casa mirándola fijamente? Bueno tal vez era solo ideas suyas pero le da mala espina ese animal. Se volvió a concentrar en el ninja frente suyo quien rápidamente sacó un kunai directo a atacarla, ella esquivó el primer ataque, luego el segundo mostrando galas de una excelente evasión y en un momento vulnerable del enemigo lo golpeó con todas sus fuerzas aturdiendo al contrario quien dejó caer el kunai, apresurada la rubia lo atajo y en un momento rápido de un tajo le iba a cortar el cuello pero lo esquivó causando una herida en el hombro. La sangre salpicó ferozmente, Ino tomó un respiro para atacar de nuevo pero no podía moverse de pronto, mirando al suelo entendiendo a la perfección esa técnica observó su sombra ser controlada, era el jutsu del clan Nara.

     — ¡Podía hacerlo! —. El anbu sujetando su herida que era muy profunda habló rápido, finamente escuchó su voz.

     — Iba a matarte, tiene un buen taijutsu y tú no —. Agregó una voz a sus espaldas, seguramente otro anbu y al escuchar su voz se dió cuenta que el que le estaba aplicando la técnica era quien tenía un asqueroso perfume ate le daba náuseas — Oye, has de conocer bien está técnica ¿No es así? Tu compañero es un Nara.

     A ella le dolía los músculos, no podía moverse con esa técnica.

     — ¿Qué quieren de mi? —. Preguntó aterrada.

     — Ni idea, seguimos órdenes —. Agregó el Akatsuki que sangraba — pero cuando lleguemos lo sabrás, supongo —. Continúo haciendo una serie de sellos que ella miró con atención, de pronto quedó inconsciente, todo se volvió negro.

    Cuando abrió los ojos estaba en una habitación completamente oscura recordándole cuando fue interrogada por Pain, pero está vez estaba más oscuro y era más aterrador que antes porque su vida no era la única que corría peligro, intentó acariciar su abdomen pero estaba atada en una silla desesperando por completo a tal punto que sentía su corazón salir de su pecho, tragando saliva podía sentir su garganta seca además de dolerle mucho, le ardía la garganta, comenzó a derramar lágrimas que encharcaron sus mejillas. Tenía tanto miedo.