XI.

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Capítulo 11

|Caída|

«El amor es como un precipicio, sabés la altura, puedes verla pero aún así no puedes evitarlo... Otros se lanzan localmente hacia él»


No sabía porque pero últimamente hacia demasiado frío y eso le perjudica en más de un sentido por culpa de su propio vestuario un tanto revelador. Ahora estaba tiritando del frío, como siempre no sabía la noción del tiempo y Itachi no sé había aparecido en todo el día y eso le llenaba de intriga por más de una razón, en primer lugar tenía miedo de lo que podía tramar pero por otro sentía que la habitación era cada vez más... Solitaria y ante un pensamiento tan insano cómo este agitó su cabeza de un lado a otro con fastidio, era una locura pensar que alguien como él podría hacer compañía, así que cubriendo mas la sábanas sobre sus hombros por las bajas temperaturas intentó ignorar pensamientos de ése calibre estúpido.

Pero mientras cerraba los ojos pensando en cualquier cosa como una salida, amigos o su familia volvía a la mente fugaz el rostro de Uchiha Itachi. Él era alguien tan solitario que daba pero tan imponentes que su presencia aterra mucho para ella, aún asi sus ojos eran tan tristes como si toda su felicidad se hubiera esfumado por completo, destruyendo su mundo. Ademas, podía llegar a ser tan inteligente y audaz, tan autodidacta pero sobretodo podría ser más amable de lo que cualquier persona hubiera pensado con toda la fama que le acarrea, por alguna razón extraña le estaba perdiendo miedo y porque no decirlo... Acostumbrando a su presencia.

¿Porqué seguía pensando en él? El hecho de no haberlo visto todo el día le dejaba muchos pensamientos respecto esa persona, no podía dejar de intentarlo asimilar su comportamiento estudiando cada patrón de conducta nueva en el akatsuki tal vez porque se había quedado sin pasatiempos más que leer libros y verlo a él, solo verlo. Mientras lo recordaba su corazón dolía y no sabía si era un buen o mal sentimiento porque podría ser el odio y tristezas de fue él quien la alejó del mundo o por un sentimiento que no quería reconocer bajo ninguna circunstancia...

Extrañar.

Extrañar a una persona era lo más cercano al afecto. No quería sentir afecto porque eso indicaría que estaba mal de la cabeza en pocas palabras sufría de Estocolmo. Ella conocía muy bien el estado de la mente, era su especialidad y reconocer que ella misma estaba loca a ese grado es realmente perturbador.

- ¡Diablos! ¡Deja de pensar en él! - gritó pateando la mesa al lado de ella dónde Itachi solia poner sus libros viejos que ellos debes en cuando leía o muy seguido, el contenido de la mesa corrió junto con ella al suelo, dejando un desastre - ¡Ni si quiera es atractivo! - gritó entonces, aparentando más una locura extraña. Alborotando sus cabellos mientras algunos papeles que estaban en la mesa flotan en círculos hasta terminado al suelo - admito que al tener parecido a Sasuke-kun tiene su encanto - colocó las manos en la cintura prestando atención en un pequeño papel, era amarillento, un pergamino - sus ojos son tan tristes y lindos - dijo pérdida en sus pensamientos, hablando con ella misma - además su cabello dan ganas de tocarlo entre mis dedos... - soltó una sonrisa ida -...y es tan alto... Tan frío... - su cerebro se perdía pensando en él, en su rostro que no dejaba de pensar y de prontito volvió a la realidad de golpe, aterrizando de una vez - ¡Alto! ¿En qué estoy pensando? Parezco una maníaca - se sentó en el piso asumiendo que efectivamente se había vuelto loca.

Volvió si atención al pequeño pergamino y con sus dedos tiritando del frío cogió el manuscrito, desatando el nudo que lo sostenía, desenrollando por completo el objeto en sus manos. Era un mapa, de la aldea de la hierba parecía tal vez era el lugar donde estaba obera una misión importante, sea como sea, parecía muy importante y tal vez ella no deba estarlo viendo y al momento de caer en cuenta con ello intentó cerrarlo y colocar como estaba cada una de las cosas pero ni bien se colocó de pié la puerta que había durado todo día cerrada escuchó claramente cómo la cerradura giró, desbloqueando la única entrada y salida del lugar. Itachi entró, encontrándose con la extraña visión de Ino en el suelo de rodillas, sus papeles en el suelo junto su libro y la vieja mesa. Soltó un suspiro al verla con ese mapa, cerrando la puerta tras de si.

Ino le miraba entre temor y alegría de verlo pero intentaba ocultarlo con frialdad, algo en lo que nunca fue e buena realmente. Itachi avanzó, lento, imperturbable hasta estar frente ella, su uniformes akatsuki cubría su atractivo rostro que ella quería ver pero sus ojos resaltaban más y también era bueno.

- A buena hora llegas - fue lo primero que dijo la mujer colocandose de pie, él era tan alto - estuve sola todo día.

Itachi Alzó una ceja extrañado, normalmente en situaciones normales eso sería para un prisionero lo mejor del mundo pues lo dejaría pensar pero ella se estaba quejando. Ya no sabía si estaba loca o simplemente era una malcriada o era tan inteligente que era una clase de estrategia pero juzgando por su voz era sincera.

- ¿Qué no es algo bueno? Para ti claro - agudizó entonces, pero ella se sentó en la cama ignorando esa pregunta - ¿Qué estabas haciendo? Tienes mis cosas en el suelo ¿Que hacías con ese mapa?

- Estaba molesta y patee la mesa - cruzó los brazos - al intentar recogerla tu llegaste y el mapa me daba pistas.

- No es donde estamos si es lo que crees - advirtió de pronto recogiendo los papeles en el suelo antes la mirada de la mujer, lo ponía incómodo. Eso era tan estúpido, él sentía nervios de una niña de dieciséis años además de vanidosa malcriada. Pero aún sin verla en todo el día porque prefirió estar con Kisame para dejar de pensar en ella... No podía, seguía pensando en ella una y otra vez si tiene que cosas que no había sentido después de... De pronto agitó la cabeza, recordar su pasado sólo le hacía demasiado daño.

- ¿Dónde estabas? - la manera en que le hablaba era molesto ¿No tenía miedo o que? La mirada gélida que le dio como respuesta no le afecto en lo más mínimo - no. Tu miradas fría en modo de autodefensa tipo un animal salvaje no funcionará, pareces loco mirándome así cuando no me hace efecto... Yo ... Aunque seas más fuerte y puedas matarme no te tengo miedo.

Hubo un profundo silencio, lo había atrapado en su guardia baja. Se quedo mirandole sin. palabras ¿Había oído bien? ¿Que no le tenía miedo? El encierro le afecta o no le tenía miedo a la muerte después de tanto tiempo aquí, admitiría sin más que era su culpa.

Pero que una chica de dieciséis años sin chakra y sin muchas oportunidades le retara incluso le pareció aterrador, tenía carácter y eso lo respetaba... Sin duda con ése carácter le costará conseguir novio y con lo atractiva que era es un desperdicio ¡Joder! ¿Bonita? ¿En qué estaba pensando?

- Salí con alguien - respondió mientras coloca la mesa de pie y las cosas sobre ella. Esa noticia le dio una punzada en el pecho no sabiendo porque, pero mordiéndome un poco sus labios le sonrió, a pesar que dolía le sonrió.

- Genial - dijo con voz débil, inclusive él lo notó así que se giró de pronto pero Ino se había acostado del lado de la pared mirandola con atención - voy a dormir.

Pero en realidad. No pudo dormir.


ESTOCOLMO. [Itachi x Ino]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora