Ace no entendía que pasaba. Estaba en su barco con anterioridad.
Había terminado en un lugar que no conocía.
¿Había sido una fruta? Suspiró en bajo y camino. Era una isla. Y había una aldea cerca ya que había un camino cerca.
Encontró primero una casa. Alejada de la aldea.
Suspiró esa casa se le hacía familiar.Cerró los ojos. Y miro a una mujer en la entrada de la casa. Mirándolo.
¿Disculpe?..— La mujer no contestó. Ace trago y rasco su nuca.
Este.. esto perdido... ¿podría decirme en donde estoy?— La mujer camino a él. Ace la miró con detenimiento.
Trago al sentir como lo tocaba. Tocó su cara, tocó su pecho y sus brazos.Ace..— La mujer le dedicó una sonrisa.
Hijo mío, mi vida, mírate estas tan grande.. eres tan guapo, igual que tu padre— Padre. Ace quiso protestar. Miro a la mujer a quien los ojos se le llenaron de lágrimas.
Te amo tanto hijo, sigue creciendo, sigue viviendo, sigue sintiendo, sigue amando, tu mamá y tu papá te aman— Dijo ella. Beso a su hijo en la frente, y lo abrazó.
Ace sintió lágrimas. Pero no sabía por qué. No sabía por qué después se levantó en la habitación de su barco.
Deuce lo miraba preocupado.
Lloraste— Ace se limpió la cara.
Si.. soñé extraño..— Dijo. Deuce palmeó su espalda.
Estamos por llegar a Wano, prepárate— Dijo Deuce. Ace asintió. Pensando un poco antes de salir de la habitación.
Ace pensó en la mujer hasta el final de su vida, en los brazos de su hermano, pensó en ella y no pudo evitar sonreír a pesar de estar en el lecho de su propia muerte.