Roger miraba al pequeño bebé en los brazos de su mujer.
Vaya, había venido casi tres meses tarde. El bebé ya tenía cabello, pecas y se movía como si de un gusano se tratara.¿Es un niño?— Pregunto en bajo. Rouge le sonrió.
Si, se llama Ace.. Gol D. Ace— Dijo ella. Roger sintió una punzada de alegría en su corazón y sonrió. El bebé lo miro y le enseño sus encías sin dientes.
Roger, Roger celebró haber tenido un hijo, claro. Sin decirle a nadie. Levantó al bebé en sus manos y sonrió al ver lo parecido que era a él.
¿No le dirás a nadie?—Pregunto Rouge. Roger negó, diciendo que era mejor de esta manera.
Roger se había enamorado de esa mirada llena de inocencia, de esos ojos, y esas pecas, besó la mejilla de su hijo sintiendo como este le jalaba el bigote.
¿Con que Ace no? ¡Tu papá te llevará a conocer el mundo algún día! ¡Te harás muy fuerte Ace!— Roger dijo haciendo reír al bebé y a la mujer sentada a lado suyo.
¿Y como no? Ace miraba a su papá siempre. En el periódico, en carteles. Y de más. Venía a verlo de vez en cuando. Le traía regalos y jugaba con el.
Pero Roger siempre venía solo, hasta que una vez no volvió. Su madre lloro, lloro mucho mientras le abrazaba y le pedía perdón.
Tu papá te ama, ¿si? Tu papá te ama ace, fuiste lo mejor de su vida— Decía su mamá, Ace entendió, no era tonto. Ace lloro, lloro todo el día. Incluso lloro cuando un sujeto que se hacía llamar Rayleigh llegó y le entregó el sombrero rojo de su papá, y otras cosas.
Tu papá me dijo que te dijera que te amaba— Dijo el hombre acariciando el cabello de Ace.
Ace lloro, lloro recordando a su padre.Sabía que pronto eso se convertiría en melancolía, y pronto estaría Gol D. Ace para seguir el legado de Roger, el rey de los piratas.