Capitulo 39

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A Rouge le alegraba infinita mente que Roger hiciera cosas cotidianas con ella.
Como ir a comprar comida, o ayudarla a plantar flores.

O amasar masa junto a ella. Era como estar en familia para ella.

Y ora su suerte con su embarazo fue mucho más común que Roger viniera y se quedara más tiempo a su lado.

¡Ah~! Ace mira cuánto has crecido dentro de mamá— Primero beso los labios de Rouge, para después agacharse y besar la panza de la misma.

Rouge solo sonrió.

¿Como te fue? ¿Estas muy cansado?— Roger nego abrazando a su esposa, la abrazaba como su panza le permitía.

Ven, hice pan— Dijo Rouge. Roger no sabía nada de embarazos, pero sabía que Rouge no debía de esforzarse.
Por más que le decía, jamás le hacía caso, Roger incluso le dio la idea hacer que una mujer le ayude.

Rouge se negó, diciendo que nadie podía entrar a su casa.
Roger sabía que Rouge era bastante posesiva con sus cosas.

Después de comer lo que normalmente hacían era sentarse en el sillón. Y mientras Rouge se recargaba en Roger, él le contaba de sus aventuras.
Por qué Rouge no hablaba con mucha gente, su marido era la única manera de salir de lo que era su entorno.

Ah~ ¿enserio? ¿Y cómo está shanks?— Roger negó diciendo que ese Niño era resistente.
Roger se iba a quedar mucho con ella. Y ella lo aprovecharía bastante.




En una ocasión, Roger la acompañó a hacer las compras.

Uhm.. no, ese no... ese mejor— El vendedor solo miraba el hombre de sombra gigante, que esperaba con bolsas de frutas detrás de la mujer.

¿E-esta?— Dijo el hombre señalando la berenjena que la mujer quería. Rouge asintió.
Y a si estuvieron bastante tiempo.
Roger y Rouge tuvieron que hacer muchas paradas, ya que Rouge se cansaba demasiado.

Pero Rouge hizo una pequeña parada. Aunque perdió a Roger de vista, siguió con lo suyo.

Señora le eh dado su bolsa, ¿por que viene ahora a cambiarlo?— Rouge estaba estupefacta le había dado las fresas feas.
Y ella no se iría a si.

Por qué me has dado.. me has dado fresas feas— Dijo Rouge. Suspiró mirando al hombre quien la miraba con gracia.

¿Feas? Señora no se de que habla— A Rouge le salía una vena del coraje que tenía.
Puso una mano sobre su cintura con con cansancio.

Míralas, están horribles.. ni si quiera son comibles— Dijo Rouge señalando la bolsa.
Si tuviera la suficiente fuerza para levantarla lo haría pero apenas podía con su panza.

Señora, váyase.. mire cómo está— Rouge se sintió muy ofendida.
Ni si quiera se molesto de agarrar la bolsa de fresas por la que había pagado, se fue enojada. Busco a Roger con la mirada.
No fue muy difícil era el único hombre que medía más de dos metros.

¡Roger!— Roger miró a Rouge y sonrió. Ella solo lo tomo del brazo y lo jalo a donde había comprado las condenadas fresas.

¿Rouge? ¿Cariño? Estaba por pagar unas cosas— Roger solo miraba la espalda de su esposa. Se veía enojada.
Llegaron a un puesto. Roger alzó la ceja con duda.

Lo que hizo Rouge le sorprendió. Le tomó la mano, y miró al hombre del puesto.

Las fresas que me vendió estaban feas ¿me las podría cambiar?— Roger miro al vendedor, este lo miraba con cierto miedo.

Ah, Roger cariño ¿podrías mostrarle las fresas?— Dijo Rouge con una sonrisa. Roger miró la bolsa de fresas en el piso y las puso sobre la mesa del puesto, fue brusco.
No era idiota, suponía que este hombre había sido grosero con Rouge, por que su esposa era una mujer muy amable.

A-ah.. si.. yo.. si se las cambiare señora— Dijo. Rouge sonrió y agradeció.
Se recargó levemente en Roger. Cuando finalmente se las entregó, Roger tomó la bolsa.
Cuando iban a casa Roger no le pregunto ya que cuando llegaron Rouge se acosto en la cama.

¿Te cansaste cariño?— Dijo Rouge sentándose en la cama, tomando el pie de su esposa para empezar a masajearlo.

Uhm.. si, me canse— Roger sonrió. Después de el mejor masaje de su vida, al sentir de Rouge. Durmieron abrasados.
Durmieron toda la tarde y toda la noche.

Ya en la mañana Rouge se sintió muy descansada, y le hizo un pay de fresas a Roger.
Quien lo comió junto a Rouge, aunque últimamente Roger siempre dejaba que Rouge lo comiera todo, le alegraba que el apetito de su esposa fuera grande durante el embarazo.

Esperaba que siguiera a si después de el.
Mientras que Rouge pensaba en lo buenas que estaban las fresas.
Claro maldecía al vendedor. ¿Como le iba a dar fresas malas a su esposo? Estaba loco.

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