Rouge estaba cocinando, normalmente lo hacía, siempre le sobraba comida, por que siempre que cocinaba esperaba que Roger llegara.
Lo cual debería de dejar de hacer por qué se le echaría a perder. Ya que su marido duraba meses en volver.
Aunque ya tenía bastante tiempo.
Acarició su vientre con cariño, dio un gran suspiro. Roger sabía, sabía de sobra. Por qué él mismo se lo dijo.
Habían estado en la cama durante casi todo el día y Roger había pasado su mano por su abdomen desnudo y se lo había dicho.
Estás embarazada— Dijo de una manera bastante tranquila, ella frunció el seño, y se volteo para mirar a Roger.
¿Uhm? ¿Como sabes?— El dijo que había escuchado una voz. Rouge ladeó la cabeza. Pero después Roger besó sus labios una vez más.
Poco tiempo después ella misma se dio cuenta de lo que Roger le había dicho, y si, en efecto. Estaba esperando un bebé.
Cuando ella lo confirmó Roger ya se había ido.
Suspiró mirando la hora. Ya era algo tarde. Cuando escucho la puerta abrirse y pasos pesados sonrío.
No lo esperaba hoy a decir verdad. Pero tenía la comida lista, las pantuflas de Roger en la entrada, un cambio de ropa para el, no definitivamente no lo esperaba.
Bienvenido— Roger le sonrió dejando la mochila, para abrazarla y darle un beso.
Roger se agachó ala altura de su abdomen y saludó a Ace.
Ace, papá ya llegó— Rouge sintió su corazón palpitar más rápido.
Tocó el su vientre con su gran mano. Estaba levemente abultado, no era para mucho pero lo estaba.
Pronto Roger se enderezó y le prestó atención a ella preguntándole como se sentía últimamente.
Estoy bien, Roger, ven, hay ropa lista para ti y comida..— Dijo Rouge jalándolo.
Roger como siempre. Comió demasiado. Eso alegraba su corazón, eso significaba que él estaba sano.
¿Estas segura? ¿No vomitas?— Ella negó, aunque a veces tenía náuseas no llegaba a vomitar.
A veces tengo náuseas, pero nada serio..— Roger asintió mientras comía, le hizo todo un interrogatorio, a veces ella no sabía que responder por qué ni ella lo sabía.
Aunque pronto terminaron en el sillón, ella encima de Roger mirando los regalos que él le había traído.
Un herrero de wano la hizo hace muchos años— Dijo Roger, Rouge estaba encantada con la flor de oro que tenía en manos, todo lo que le traía era de oro, a veces eran perlas, incluso Roger le había traído diamantes.
Aunque ella le decía que no era necesario ya que, eran muchos regalos Roger siempre le traía.
Rouge también adoraba que él fuera tan detallista.
Se recargó en Roger y dio un gran suspiro.
¿Eres feliz?— Pregunto el llevando sus manos a sus caderas.
Rouge le regaló una gran sonrisa.
Soy feliz— Contestó ella haciendo a Roger sonreír.