Inevitable | TaeTen [Omegaverse]

Podemos Contra ello

[⚠️Advertencia: contenido sexual explícito]

—no te quieras hacer el correcto, sé que quieres hacerlo, viniste aquí para animar a Ten ¿cierto?— habló— a pesar de que juraste que jamás vendrías, pues antes lo hacías por papá.— mencionó— wow, ¿Quién diría que viviría para verte romper una promesa? Me sorprendes cada vez más.

—cállate y lárgate.— dijo— se hará tarde, adelántense y vayan al auto, nosotros los alcanzamos.— habló TaeYong.

Es cierto.... era la primera vez que rompía una promesa.

—lo que su alteza real desee.— bromeó, marchándose para dirigir a su madre y Malai al automóvil de su hermano.

—¿Qué te tiene tan concentrado?— preguntó TaeYong, llegando a su lado.

—Sanshin Halmoni.— contestó Ten— es una deidad del destino ¿no es así?

—así es, es quien decide el destino de un bebé al nacer, de su nacimiento hasta su muerte, también es quien decide si será un Omega, alfa, beta o si será capaz de encontrar a su persona destinada, por eso es muy alabada por distintas clases sociales, en especial por las madres a punto de dar a luz, para que a sus hijos se le asigne un buen destino al nacer.— explicó— por eso es llamada la diosa triple del parto y del destino.

—ya veo, también es quien protege al niño y a la madre, ¿no es así?

—así es.—  contestó.

—veo que tienen muchas leyendas y creencias las cuales no tenía muy en claro.— comentó el tailandés.

—plena dinastía de Joseon, ¿Qué entretenimiento tendría la gente?— preguntó hincándose de hombros.

—tienes razón.— concordó.

Luego de un largo silencio algo tenso, TaeYong llamó— Tennie.

—dime.

—lo de hoy... sobre lo que dijo Soonkyu.— tragó saliva nervioso— no es que te lo ocultaba o algo así, verás... no es lo que crees en verdad, Nayeon y yo-

—oh no, no es necesario enserio, no tienes que darme ninguna explicación aunque sí me agarró por sorpresa.— comentó con una sonrisa, viendo que los demás ya se habían ido, se levantó para hacerlo también— de veras, de hecho me alegro de aquella decisión Tae, bueno, los demás se fueron, así que-

—no finjas.— lo interrumpió, sosteniéndolo de la muñeca para que no se marche, Ten quedó estático en le lugar— conmigo no Tennie, sabes que no podemos engañarnos.— dijo.

—¿quién dijo que no podemos?— preguntó mirándolo de reojo.

—a lo que me refiero es que sé cómo te sientes.— explicó.

—sé a lo que te refieres, pero aún así no lo sabes, en realidad no tienes idea.— soltó con dolor, pues la pesadilla que pasaba todas noches, el asco que sentía al verse al espejo, cómo sentía que su alma moría un poco más cada noche que TaeYong pasaba con alguien más.

La culpa que cargaba y lo atormentaba hace ya tres años.

Taeyong sin dudarlo tiró de su brazo, volteándolo y atrayéndolo a su cuerpo para abrazarlo contra su pecho.