Inevitable | TaeTen [Omegaverse]

Siempre Estarás tú Primero

—mierda, es tarde.— exclamó apenas tomó su teléfono en la mañana.

Se levantó de golpe, mareandose levemente y se preparó rápido para ir a la universidad, en donde llegó con unos minutos de retraso.

Me mudé aquí al lado para no tener problemas con el viaje y llegar temprano siempre y me pasa esto, genial. Pensó Ten.

—buenos días.— saludó, ingresando al aula, siendo respondido por algunos presentes.

Ten no tardó en hacer la elongación, estaba tan concentrado en eso, que cuando abrió los ojos luego de un bostezo y miró hacia arriba, vio varias miradas puestas en él.

Ay ¿qué? Sé que apenas si me peiné porque salí tarde, pero ¿ellos nunca salieron despeinados a la calle?

Le pareció raro la sobre observación de sus compañeros, pero le restó importancia ya que aún habían bastantes que seguían con el foco en él por los videos que se viralizaron con TaeYong en la fiesta.

Se sonrojó al pensar en él, a quien ya no le salía llamar mejor amigo.

Pues no lo veía como un simple mejor amigo, y sabía que él tampoco.

No pierdas el sur Lee Ten.

Se repetía una y otra, y otra vez en su mente.

Claramente lo que estaba colgando de un hilo tenso, definitivamente se rompió y vertió sobre encima suyo un gran desastre.

Por supuesto que su parte inmoral así lo deseaba.

Pero había un problema, se sentía tan bien, que debía estar muy mal.

Y lo confirmaba una y otra vez al pensarlo detenidamente.

Porque recordaba los ojos con los que TaeYong lo miraba la última noche.

Con esos mismos ojos con los que no lo miraba hace mucho tiempo, pero esta vez se veía con tanta determinación y seguridad que incluso llegó a asustarlo.

Y no sabía a qué le temía más, a que TaeYong solo haya estado ebrio y en realidad no hablaba enserio, o a que en realidad hablaba completamente enserio.

Cualquiera de las dos opciones lo aterraba por saber qué pasaría después, pero prefería la aterradora opción que los seguiría manteniendo en el margen en el que estaban, es decir; que TaeYong realmente no tenga esas intenciones.

—a pesar de que vives aquí en los dormitorios llegaste tarde.— se burló MingHao.

—silencio, molesto.— lo mandó a callar— solo que me quedé dormido.

—entiendo, fue una dura noche ¿no?— preguntó con una mirada pícara.

—¿a qué te refieres?— preguntó, a lo que MingHao rió y señaló su cuello.

El tailandés confundido se acercó al espejo y vio en su cuello marcas de chupetones muy notorios.

—oh mierda.— exclamó en cuando lo vio, cubriéndose y apresurándose en buscar una chaqueta para subirse el zipper hasta arriba— dime que no se veía mucho.

—¿quieres que te mienta?— dijo MingHao.

—maldición.— murmuró con nerviosismo.

Cierto, por salir apresurado en la mañana, había olvidado por completo los "recordatorios" que había dejado TaeYong en su cuello.

Siendo sincero, le gustaba verlos, pero estando solo, no exponiéndose a la universidad.

—qué desastre, ya veo porqué miraban tanto.— comentó avergonzado y MingHao rió.