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La chica estaba inconsciente tapada de pies a cuello, el peliblanco había sentido un retorcijón en el estómago en cuanto la vió, asumiendo lo peor, él se dirigió hacia ella, quitando la cobija, ella aún estaba vestida. Suspiró en alivio, retiró su ropa y se metió a la cama con ella, dispuesto a dormir.

...

–No importa ¿Sabes por qué?– dijo la morena en la mañana que terminaron las vacaciones, vistiendose en la habitación.
Nobara alzó una sola de sus cejas. Mientras ella subía las medias que usaría. – Porque Naoya y yo no hemos ni siquiera tocado el tema de estar juntos.

–Oh, dios. – se quejó la castaña en un murmullo apenas audible para ella misma, Alexa dió un paso atrás en el espejo, viéndose de pies a cabeza, el frío había comenzado a ceder y ella, aprovecharía para dejar de usar esas horrorosas chamarras que la hacían ver torpe y enorme.

–Además, si comparamos un beso con... Bueno, lo que me hizo, un beso no es nada.

–¿Por qué te sientes culpable? –preguntó Nobara con su tono grosero y fastidiado, haciendo que Alexa volteara la mirada hacia ella con una expresión perpleja–Para empezar estoy segura que Naoya ni siquiera te gusta tanto cómo el pendejo de tu profe, entonces ¿Cuál es el punto? Ese idiota sólo te dice cosas lindas y te lleva a la facultad para que te portes como una idiota y hagas menos el hecho que te golpeó, es peligroso.

La morena siguió con su vista fija en su reflejo, pudo observar como la mirada le cambió en cuanto Nobara le dijo esto. Su mirada al espejo, analizándose y estudiándose. No quería dejar la seguridad de que no estaría sola, la seguridad de que había alguien ahí con ella y para ella, siempre que ella quisiera. No iba a dejar de tener lo que ya tenía asegurado con Naoya por la posibilidad de que Satoru todavía sintiera algo por ella, porque no era más que eso, una posibilidad. Aún así, Nobara estaba siendo cruel desde el año nuevo, no sólo con Alexa sino con Yuuji y había tenido varias discusiones con Megumi, quién nunca dudaba en ponerla en su lugar.

-No es como si alguno de los dos quisiera algo serio contigo, Satoru solo te usaba mientras que estoy segura que Naoya no es feliz tipo fiel con el que tienes una relación. – escupió. – No te engañes a ti misma.– dijo dándose la vuelta en su cama, dándole la espalda, decidida en empezar a ignorarla.
Alexa rodó los ojos mientras salía de la habitación, dejando a la chica sola con su mal humor.

Bajó las escaleras con calma mientras observaba el mensaje de Naoya anunciando su llegada al edificio, la morena se dirigió a la entrada en dónde se observaba la camioneta del rubio y tomó aire cuando lo pudo observar, con la vista en frente y fumando un cigarrillo.

No importaba, no importaba que ella quisiera a Gojo porque él no la quería, solo la deseaba y Alexa sólo quería sentirse segura de que alguien la quería a ella y Naoya era ese alguien que la hacía sentirse querida, cuidada y deseada, no era quien ella quería, pero era mejor que no tener a nadie. En realidad, no planeaba decirle nada a Naoya, no pasaría nada más con Satoru, él estaba con Denisse y si se besaron en año nuevo, Alexa pensaba que sólo era porque él estaba ebrio y molesto con la rubia, porque si Satoru sintiera algo más por ella o si la quisiera de la forma en la que ella quería ser querida por él, sería el peliblanco quien estuviera fuera del edificio esperando por ella, y no Naoya.

Ella en este momento estaría besando a Satoru y no a Naoya.

...

–Denisse...– llamó cansado el peliblanco, fuera de la puerta del departamento de la rubia, recargado en la puerta esperando a que ella por fin le dirigiera la palabra. –Denisse te puedo escuchar, sólo abre.– El peliblanco escuchó una cacerola ser arrojada hacia el fregadero.

U n t o u c h a b l e | Gojo SatoruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora