59.𝔉𝔦𝔫𝔞𝔩𝔢, 𝓌𝑒 𝒸𝒶𝓃'𝓉 𝒷𝑒 𝒻𝓇𝒾𝑒𝓃𝒹𝓈

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Mi mente no podía comprender como era que el mundo podía seguir su trayectoria normal cuando yo podía sentir que moriría de esto, tampoco entendía cómo pudo ser tan cruel al final.

Sentía frío, demasiado frío y un sentimiento de humillación me abordaba mientras caminaba con mis brazos cruzados con una sudadera que parecía no ayudar en nada, las mangas cubriendo hasta las puntas de mis dedos y unos pantalones que hace un par de meses me quedaban perfectos y ahora ya no me quedaban igual.

Mis rodillas resaltaban de mi cuerpo junto con mis clavículas, no encontraba el apetito por más que intentara comer, terminaba asqueada, no podía dormir y había noches en las que cuando no podía dormir, llegaba a llorar tanto que terminaba vomitando en el baño. Me encontraba en  un lugar lleno de odio, odiando como él había entrado tan profundo en mi que ahora soy un completo desastre, odiando mis mejillas resecas junto con mis ojos que parecían haber sido secados y arrebatados de cada destello de luz.

Aún así, dormía con el teléfono con todo el volumen por si llamaba, tenía la esperanza de que arregláramos las cosas y pensaba que si él regresara en este momento o me insistiera un poco más en que fuera con él, lo haría sólo para dejar de sentirme así.  Siento un vacío insaciable que tampoco deseaba que desapareciera del todo.

Recuerdo todas las veces que caminamos juntos por está calle, tomados de la mano, recuerdo las veces que me besó a un lado del restaurante de sandwiches al que siempre íbamos cuando no queríamos ir lejos o cuando teníamos demasiada hambre cómo para buscar algo mejor.

Luces de tráfico que cruzábamos, aún puedo sentir su toque cómo si estuviera a mi lado, sus labios, no puedo pasar por estos lugares que solíamos ir, me siento drenada, desesperada, lo quiero devuelta, lo...me quiero devuelta.

Quiero regresar a unos meses atrás cuando nuestro amor parecía intocable, cuando parecía que a pesar de toda nuestra historia y todas nuestras peleas y nuestras molestias no serían suficiente porque nos amábamos más allá de eso pero, al parecer solamente era yo la que lo amaba más allá de todo, lo había sobre-pensado hasta el cansancio y pensé que si él me hubiera amado en la misma intensidad en la que yo lo amaba, tal vez nuestro final hubiera sido diferente, no hubiera dicho todas esas cosas hirientes, no me hubiera gritado y yo... si él se quedaba hubiera estado dispuesta a tolerar eso, soporté tanto sólo para tenerlo a mi lado que hace que me sienta nauseabunda.

Es una locura, no entiendo cómo no solamente hablamos las cosas para seguir amándonos ¿Él estará igual de mal? ¿Me extrañará? Quiero llorar y seguir llorando y llegar y verlo ahí, esperando por mi. Quiero llegar y oler el aroma su loción. Quiero retroceder el tiempo y decirle que si iré y dejar las dudas de lado, quiero dejar de sentirme así. Suspiré mientras veía el portón del edificio y entraba con la mirada gacha, mis manos refugiándose del frío en los bolsillos de la chaqueta.

Megumi había insistido en venir conmigo con la excusa de traerme en la camioneta que su padre le había dejado, pero yo no quería que él viniera porque empezaba a darme vergüenza el sentirme tan mal, además... quería aislarme un par de semanas de todo, sé que no es mi departamento y sé que él no estará ahí pero... al menos aún tengo los recuerdos que ambos formamos en este lugar, quiero recostarme en nuestra cama y pudrirme en melancolía por un par de semanas. El lugar estaba justo cómo lo había dejado, el pasillo con la horrible luz vieja y cálida, las maletas tiradas en la entrada y las ventanas cerradas, el polvo se acumuló y mis ojos se sintieron cansados y pesados.

No me siento bien

No me siento fuerte.

Tengo tanto miedo de estar aquí, sola. Tengo miedo de ahora estar sola porque siempre que él no está, me pongo tan mal. Dejé mi teléfono y las llaves sobre la mesita de la entrada, y caminé hacia nuestra habitación, encendiendo la luz dado que las persianas impedían el paso de los débiles rayos de sol. No puedo cruzar esa línea, este lugar apesta a él pero... su olor sólo hace que quiera acostarme y embriagarme en él, dormir y por un momento imaginar que él aún está conmigo.

U n t o u c h a b l e | Gojo SatoruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora