²⁹. Teenage dream

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Ella escuchó una de las sillas de la sala arrastrarse y se levantó como reflejo, comenzando a caminar hacia la calle, hacia el auto de su madre para manejar hacia la casa de Nobara.

Ella estaba abriendo la puerta de la camioneta en cuanto su madre llamó a su nombre. Ella estaba a punto de subirse pero la voz de su mamá la hizo girarse, su maquillaje arruinado, su mamá completamente serena y como si estuviera esperando que esto pasara.

Madre e hija se quedaron paradas viéndose de frente y sin saber que decir.

-No me gusta cuando insinuas que tu padre me dice que hacer o no.- Alexa soltó un bufido, y restregó la manga de la sudadera en su mejilla.

-Sólo déjalo.- dijo negando la cabeza. - Venir fue un error, ambas sabíamos que esto pasaría y no sé porqué llegué a pensar que podríamos simplemente comer en silencio, creo que es mucho pedir.

-Alexa, deja de ser grosera.

-¡No lo soy! ¡¿Yo estoy comiendo y teniendo la boca cerrada y lo primero que él hace es decirme que voy a fracasar?! - dijo señalando hacia la casa, molesta. - ¿Es una puta broma?

-¡Nos preocupamos por tu futuro!- Alexa abrió los ojos de par en par, dolida antes de desviar la mirada al suelo, su cabello resbalandose por sus hombros.

-¡Él no! ¡Sólo busca la manera de hacerme sentir como una idiota! ¡Siempre! Como si lo que hago no importara para nada...

-¿Cómo no lo puedes entender? ¡Somos tus padres por supuesto que nos preocupamos ! ¿Qué tiene eso de malo?

-¡Ustedes no se preocupan por mi futuro, se preocupan de tenerme como carga en un futuro! ¿No te das cuenta?- su madre torció los ojos, molestando a la morena.

-Tú eres la que no se da cuenta, Alexa.- dijo señalando su pecho, causando que en un reflejo, Alexa retrocediera. - Puedo notar a kilómetros que no estás bien, estás muy flaca, pareces un niño de doce años, tienes ojeras y la piel seca, tus manos parecen que se van a quebrar ¿Piensas que no me preocupo por ti? ¿Por qué lo haría? ¡Trabajas desde que tienes dieciséis años y estás en un proyecto de arte escénico! Pagas tu propia universidad así que, ¿Qué podría ir mal en ti? ¿Por qué me tendría que preocupar?

-¡Papá no dijo eso!

-¡Y yo no hablo de tu padre!- gritó la mujer levantando las manos en desesperación -¡Olvídate de él! ¡Date por vencida! ¡Yo soy la que te busca! ¡La que es ignorada! ¡La que le preocupas tú! ¿Qué está pasando contigo?- Alexa se quedó callada, presionando sus labios y conteniendo sus lágrimas.-¿Sabes, hija? A veces uno tiene que ver hacía dentro y ver qué hay de malo en una misma, nadie es perfecto, ni lo será así que lo único que podemos hacer es mejorar lo que podamos y soltar lo que no.

Hubo silencio y en la casa de un lado se escucho unas carcajadas.

A Alexa le costaba trabajo hablar, sentía que su voz era arrastrada a ese hoyo negro dentro de su cuerpo.

-No sé que me pasa. - dijo con la voz chillona, abrazándose con sus propios brazos. -Todo se va a la mierda y cuando pienso que no puede ir peor, siempre pasa algo nuevo, yo... Yo no puedo estar tranquila en ningún lugar, siento que la corriente de todo me arrastra y no se cómo detenerlo.- la pelinegra se echó a llorar, por todo, todo dolía y su mamá la hacia súper vulnerable.

Su madre se acercó y la abrazó, Alexa se quedó allí, llorando en su hombro como necesitaba hacerlo, abrazo a su madre por la cintura mientras la mujer acariciaba su cabello.

-No puedes controlar lo que hacen los demás pero siempre puedes decidir si es algo que quieres en tú vida. -Alexa escondía su rostro en el pecho de su madre.

U n t o u c h a b l e | Gojo SatoruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora