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Contenido +18

TW: Desnudos, Violencia Humillación, Violencia sexual

Este capítulo no busca romantizar nada y será descrito con crudeza para evitar malas interpretaciones, si eres sensible a este tipo de contenido, se recomienda buscar la señalización  (⚠️ )  para  que puedas leer el capítulo saltándote la parte en la que podría causarte alguna tipo de malestar, estoy consiente de lo grave que son este tipo de situaciones, si necesitas hablar , no dudes en mandarme mensaje o comentar.

...

Una vez que la práctica de americano terminó, Naoya aprovecho el saber dónde se encontraba Junpei para decirle eso a Mahito para así, tener una excusa para buscarlo cuando terminara el concurso.

El rubio había echado un vistazo por el teatro, y pudo observar cómo el pelinegro se había quedado en el teatro sin más compañía que aquellos artistas que se irían lo más pronto posible, él dió una calada a su cigarro en la calle detrás del teatro, recargado sobre su camioneta, estacionada frente a la basura, en la cual se podía ver madera tirada y mojada, junto con otras cosas que antes podían pasar cómo material de escenografía.

Él no podía estar drogando a Alexa y dejarla sola, su sangre hervía en furia porque, la sola idea de que algo le pasará o alguien le hiciera daño, le enojaba muchísimo y si él no hubiera llegado, alguien pudo haber entrado y obligarla a hacer quien sabe que, una residencia universitaria para mujeres lindas era extremadamente peligroso y ese idiota no estaba consiente de lo que le pudo haber pasado a Alexa. Su cigarro se consumió mientras su semblante se tensaba, él tiró la colilla del cigarro  al piso húmedo, observando cómo el agua asfixiaba el humo que desprendía de él. No tenía nada planeado, es decir... No sabía que hacer para hacerle saber a Junpei eso.

Además, odiaba saberlo pero Alexa no sabía cómo actuar en esas situaciones, ella se congelaba y, además, su cuerpo era débil.

Naoya agachó la mirada, el tiempo se enfrió, haciendo que el rubio metiera sus manos en los bolsillos de su chaqueta de cuero negro después de arreglar su gorro, observó un segundo hacia la calle, observando cómo se alejaba el auto de Satoru, el suspiro y levantó la vista hacia el cielo.

–Hermano, ¿Seguro que está aquí? – interrumpió Mahito desde adentro de la camioneta.

–Seh.–contestó el rubio sin voltear la mirada.–Lo ví hace un rato y esto – dijo señalando al teatro. – acaba de terminar.

–Tal vez debería llamarlo.– dijo el peliazul, sentándose nuevamente en el asiento del auto, Naoya levantó la mirada en cuanto escucho una puerta abrirse de golpe, seguido de pequeños pasos apresurados, Junpei salió, cómo siempre encorvado y observando en su teléfono las fotografías de las exposiciones. El pelinegro ni siquiera se percató de la presencia de los jugadores hasta que Mahito le silbó desde adentro del coche, Junpei, confundido, levantó la mirada torpemente buscando la fuente de aquel sonido.

–¡Ah! – exclamó el pelinegro, observando  al rubio con recelo –¿Qué haces por aquí, amigo? Alexa se fue hace un rato.

–No estaba esperando a Alexa. – respondió el rubio mientras se incorporaba.

–Vamos, Junpei ¿Qué no me viste?  ¿Te estás volviendo ciego por toda la droga?– se burló el peliazul, causando una tímida sonrisa en el pelinegro, Naoya sintió ganas de golpearlos.

–¡Por supuesto que no! –contestó aún sonriendo. –He estado muy ocupado y mi mentebesta muy dispersa, eso es todo.

–Amigo mío, por eso te vinimos a buscar ¿No es así, Zen'in? – Naoya levantó las cejas y fingió una sonrisa en forma de asentimiento. –Compré una mierda nueva, es para un viaje muy intenso pero corto. – explicó. –Quiero que lo probemos juntos.

U n t o u c h a b l e | Gojo SatoruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora