⁴⁵ Possession

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Los pasos en el frío concreto sonaban, el humo del cigarrillo de la castaña se condensaba en el ambiente y dejaba un ratito detrás del dúo.

-¿Por qué te has portado así antes?- preguntó la castaña con el cigarrillo en su boca, recibiendo como repuesta una mirada inquisitiva por parte del peliblanco, confundido. -Has ido corriendo en cuanto has visto a Alexa con Toji.

-Pensaba que era obvio. - dijo redirigiendo su vista hacia el frente, su mirada anhedónica era notada por su amiga observándolo por detrás de los lentes junto con la ausencia de su típica sonrisa.

Una expresión neutral, atípica de él.

-Yo no estaba pensando.- prosiguió. -Yo solo... Sentí que...bueno, pensaba que si no hacía algo, ella vería algo en Zenin.

-Eres inseguro.

-Cállate.

-Satoru, que ella hable con el tipo con el que tú otra ex te fue infiel no significa nada.-dijo. -Es el padre de uno de sus amigos, estoy segura que eso es todo lo que piensa de él.- la castaña siguió caminando y fumando, sin darse cuenta que el peliblanco se había quedado atrás, la bolsa de hielo colgando de su mano, ella siguió hablando. -No te portes como un idiota celoso con ella.- dijo Shoko inhalando el humo de su cigarrillo.- Creo que ha pasado por lo suficiente como para que te unas a su lista de problemas.

-Esa no era la intención...

-Bueno... Ese es tu problema, nunca tienes la intención de nada malo y terminas haciéndolo de todos modos.

-No lo entiendes.- murmuró, pero siendo escuchado. -No está bien...hemos pasado por tanto, ella ha pasado por tanto que... - el peliblanco desvío la vista hacia el tráfico. -Quiero quedármela toda para mí mismo.-declaró con un dejo de vergüenza combinado con rabia en su voz. -Es... Aterrador, pero... Después de lo de Naoya yo ... Siento que si no estoy prestando atención, entonces... podría pasar lo mismo y ella ahora sí no volverá a mi.- los ojos de la castaña se abrieron como platos en sorpresa, la mirada del peliblanco gacha, avergonzado sus labios temblaban al tiempo que Shoko no sabía qué hacer o decir. -Quiero... Asegurarme de que ella se quede a mi lado y nunca se vaya pero... ella es libre ¿sabes? puede hacer lo que se le dé la gana .- la voz del peliblanco se quebró. -El hecho de que ella haya decidido aceptarme, a pesar de todo lo que la he hecho pasar... solo me da la razón cuando pienso que no soy bueno para ella pero... No me importa... Yo... No quiero que esté con nadie más que no sea yo, ni que tenga a alguien más en su mente si ese no soy yo...


La castaña dejó caer la bolsa de hielo en el pavimento, acercándose a su amigo y abrazándolo,con sus brazos rodeando su cuello y comenzando a sentir cómo su propio hombro se adormecía dado el peso de la cabeza del albino, quien se enfrentaba a este sentimiento que le hacía perder la cabeza y al mismo tiempo le hacía sentirse aterrado de si mismo.

- Has dicho que la amabas, demuestra que es eso lo que sientes, no posesión o celos. No seas un idiota y le diga eso solo para asegurarla, porque seré la primera en decirle que corra de ti.- finalizó, su voz calmada antes de caminar y dejar al peliblanco con una sensación de inestabilidad.

...

Mei Mei se había acercado a ellos justo en ese momento, obligando a Satoru a presentarla y después inventar que tenía que irse para dejar a las dos mujeres solas, desapareciendo de su vista y ahora, la morena no podía verlo por ningún lado.

La multitud no dejaba ver mucho, podía de a Suguru, a Yuuta, incluso al padre de Megumi pero no podía ver a Gojo en ninguna parte.

U n t o u c h a b l e | Gojo SatoruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora