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-Satoru...- llamó Getou desde el baño, con el gabinete debajo del lavamanos abierto, una nuevo bote de condones expuesto a sus ojos.

-¿Por qué has comprado un bote entero de condones?- el pelinegro pudo escuchar la carcajada de Satoru desde la sala, y solo pudo ponerse de pie y dirigirse hacia la sala.

El peliblanco se encontraba echado en el sillón, el guión de la obra con la que colaborarían sobre su regazo, sus lentes de sol a mitad de su nariz y su típica sonrisa burlona.

-Uno nunca sabe cuándo la vida le sonreirá, Suguru.- dijo teatralmente, extendiendo sus brazos. -Mejor que haya condones a que haya hijos.

-¿Te conseguiste novia?- se burló el pelinegro. -Últimamente he podido dormir bien y me empezaba a extrañar- Satoru sonrió y dejó caer el guión en el sillón.

-Igual y, empezaste a dejar de escuchar- bromeó el peliblanco, pero. -Lamentablemente, no.- respondió con naturalidad, volviendo a recoger el guión -Solo pensé que sería bueno tenerlos.- mintió -No es por alguna razón en particular.- Suguru frunció el ceño antes de acercarse al peliblanco, receloso.

...

Junpei había ido a visitar diario desde la fiesta, él y Yuuji se había vuelto demasiado cercanos y por consecuencia, se había hecho amigo con todos los del departamento, el chico vivía en NY con su madre, así que la elección de universidad para él fue tremendamente fácil, quería estar cerca para no dejar a su mamá además, el programa de dirección teatral y cinematográfica era el mejor de todas las universidades que visitó.

Su mamá tenía un problema de alcoholismo, él solía cuidar de ella cuando salía y regresaba completamente fuera de sí, a veces con tipos intentando meterse a su habitación con ella totalmente inconsciente, siempre se molestaban cuando se daban cuenta de que ella tenía un hijo, cómo si fuera una ofensa. AA no funcionaba, ella lo había intentado pero, no le ayudaba y él no quería llevarla a rehabilitación, era difícil cuidarla y llevarla a su cama , además de rodarla para que durmiera de lado, tener un bote de basura listo por si vomitaba, y a veces, tener que pelear con los potenciales violadores que la acompañaban, pero, a pesar de su problema, era una buena madre. Ella veía películas con él y lo acompañaba a todos lados cuando no quería ir solo, acariciaba su cabello cuando él se acostaba en su regazo y veían una mala película animada, las que a ella le gustaban porque no requerían de mucha energía.

En la fiesta él no bebió, tenía todos los genes para ser un adicto al alcohol por parte de su padre, a quién no conocía y  por parte de su madre, le daba miedo pero, Mahito le dijo, después de la primera fumada que la marihuana no causaba ningún tipo de adicción, estaba a salvo. Además, él había estado junto a él toda la fiesta, hablando y aconsejándolo mientras Alexa se encontraba en el baño y Yuuji estaba emborrachándose. Así que, él no podía ser un mal tipo, nadie puede fingir ser tan bueno. 

Aún así, prefería pasar tiempo con Yuuji, Nobara, Megumi y Alexa, creía que tenía más cosas en común con ellos que con el peliazul.

-¿Entonces?- habló la voz de la madre de Alexa desde el otro lado del teléfono. -¿Haz hecho amigos? ¿Qué tal te va?

Había hablado con su madre esporádicamente desde que se mudó a NY. Alexa sabía que la había lastimado el hecho de no haberle dicho nada de esto antes, pero ahora, ni siquiera se le escuchaba triste y eso la animaba.

-Bien, supongo.- contestó -Y si, de hecho comparto habitación con Nobara y pieza con unos chicos muy majos.- Alexa se encontraba sentada en el filo de la ventana, con los pies colgando hacia la calle. -Las clases son muy buenas, he hecho mucho está semana y quería enviarte lo que he hecho.- Alexa escuchó la risa de su mamá al otro lado de la línea, ella se sentía cohibida, como si hubiera hecho algo malo al irse de Nebraska para estudiar.

U n t o u c h a b l e | Gojo SatoruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora