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No tenía confianza en mi misma, no en realidad, o al menos no en asuntos que realmente importan, podía bailar con un extraño después de coquetear con él en la barra, caer en su juego y jugar con él, escapar de casa pero, no iba más allá, no podía plantarle la cara cuando pasaba algo cómo esto, ni siquiera pude moverme hasta que Megumi salió a ver lo que sucedía, debió ser el sonido de mi espalda golpeando contra la pared lo que lo alertó, me volteé en el espejo, exponiendo mi espalda a él, pero no había marcas en ella, suspiré aliviada, no sé porque me estaba culpando, pero lo estaba haciendo.

Yo había coqueteado con él, o al menos,  él lo percibió de esa manera y aunque,  en realidad esa fue la intensión, el hacerle pensar que tenía una oportunidad, era con la idea de que durante la fiesta de la hermandad me dejará en paz. No llegué a pensar que Naoya querría algo más que una noche, por eso lo hice. 

Suspiré al observar mi reflejo en el espejo, pudiendo observar los dedos marcados de Naoya en mi mandíbula, dolía y estaba asustada, mis manos y piernas aún temblaban, no sabia cómo es que había dado con mi dirección y lo único que pensaba en ese momento era cómo decirle a Fushiguro y a Yuuta, que no había pasado nada, el cómo ocultar el enrojecimiento de mi piel y él saber si ellos habían escuchado lo que Naoya dijo, si se habían enterado. Menos mal que lo negué todo, agaché la mirada hacia el lavamanos, abrí la llave y empecé a hacer una especie de tazón con mis manos para enfriarlas y poder colocarlas sobre la parte de mi rostro que duele, quise llorar pero al terminar de mojar mi rostro sólo pude dirigir mi vista al techo y apretar los labios mientras respiraba y trataba de tranquilizarme.

"Alguien cómo él sólo busca a cualquiera con quién pasar el rato hasta que él se aburre y busca a alguien más"

"Él obviamente está jugando contigo, ¡YO NO LO HAGO! ¡REALMENTE ME INTERESAS, ME INTERESA SABER MÁS DE TI! ¡¿POR QUÉ NO LO QUIERES ENTENDER?!"

Tenía que decirle a los demás que estaba bien, si no, empezarían a preocuparse. Suspiré mientras recargaba mi espalda en la pared del baño y me deslizaba en ella hacia el suelo mientras cubria mi rostro, las gotas resbalaban por mis antebrazos y la tenue luz de la mañana nublada parecía correcta para cómo me estaba sintiendo.

Naoya...

¿Cómo es que sabía eso de Satoru? No podía confiar en nada de lo que él me dijera, es decir acababa de agredirme y probablemente sólo necesitaba méteme inseguridad para poder manipularme a su antojo, puede que lo haya logrado parcialmente. Saqué mi teléfono celular y coloqué el patrón, un mensaje de Mai apareció en la pantalla.

¿Estás bien? 

Preguntó la peliverde. Por mi parte, mandé un emoji y un like

Todo bien :)

Ugh, no puedo creer que haya investigado dónde vivimos

Te juro que es el peor, lamento que pasará algo cómo esto

Maki lo altera demasiado. 

No soporta que ella se burle de él

No es su culpa

Y si, lo puedo imaginar

Stalker

Salí de la conversación y me dirigí a los mensajes, ví el de Naoya de la noche interior, dudé por un segundo antes de abrirlo, armandome de valor, metiendo aire e inflando mis pulmones, y empecé a teclear.

U n t o u c h a b l e | Gojo SatoruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora