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Mahito se había quedado en la casa de la fraternidad, comiendo sus cereales y totalmente despreocupado.

–Pensé haber escuchado a Zen'in– comentó Chooso mientras entraba a la cocina con el cabello suelto y gritando sus ojos. –¿Salió?

–Con su perra.– respondió

–¿Quién? – preguntó el pelinegro.

–Creo que se llamaba Alexa. – dijo el peliazul mientras masticaba. –La que cogía con el profe de artes–Choso frunció el entrecejo, aún sin saber de quién hablaba el peliazul. –¡La roomie de tu hermano, la que vino a recoger a Junpei!— dijo ya desesperado,  Chooo levantó las cejas y abrió la boca por un segundo en señal de que sabía de quién hablaba.

–Si está con su profe ¿Por qué Naoya va detrás de ella? – preguntó con verdadera confusión, mientras colocaba los huevos sobre la barra.

–Le gusta. – se burló Mahito. –Le gusta de verdad. – el peliazul dejó abajo su cuchara para poder hablar de lo que tanto tenía ganas con más libertad. –Le dije que ayer ví al profe con su ex, tomados de la mano– continúo muy enfocado en su conversación, Chooso cocinaba, cosa que irritaba a Mahito ya que no le ponía su total atención. –Estoy seguro que le metió ideas a ese idiota sobre ellos dos.

–¿Sobre quiénes?

–¡Pon atención!– lo regañó Mahito con un tono infantil.  – Naoya le debió meter ideas a Gojo sobre ellos dos, debió decir que Alexa y él estaban juntos o que le era infiel, cualquier mierda para ahuyentar a ese bastardo.

–Ohhh.

–Entonces... –continuó–Cómo los vi ayer por la facultad en la que estudia, ella pudo haberlos visto y fue a hacérselas de príncipe azul para por fin follársela– dijo mientras Choso servía sus huevos estrellados sobre el plato.

...

Naoya ya se encontraba recargado sobre su camioneta, justo frente al edificio de las residencias de la universidad, cada exhalaba el aire alrededor de él, se condensaba en vapor y subía.

Alexa salía con su expresión anedónica, topándose con Naoya. Ella se quedó parada, cómo si estuviera agobiada y dirigió su mirada al cielo, desesperada. No tenía energía para él.

–Es bueno saber que te alegras de verme.– bromeó el rubio.

–Te dije que no podía quedar hoy. – dijo dándose la vuelta para empezar a caminar.

–Oye, Alexa. No me digas que después de que vine a verte te vas.– dijo corriendo detrás de ella.

–Tal vez si me hubieras hecho caso no te estaría dejando acá.– resongó, molesta.

–No seas mala, aunque sea dime a dónde vas.– él caminó detrás de ella, haciendo que ella sintiera sus pasos detrás suyo, por alguna razón se sentía humillada al decir lo que haría hoy, no con Nobara pero sí con él, ella se detuvo en seco y se dió la media vuelta, quedando frente a frente con el rubio. –Hace frío ¿No lo puedes posponer? Así podemos estar juntos, ver una película y pedir pizza. – Alexa desvío la mirada hacia la calle, sonrojada y con los labios levemente apretados.

–Escapé de casa para venir a la universidad– explicó, causando en el rubio una mirada de confusión. –, y por eso mis padres no me hablan, ni se preocupan por mi, así que... por supuesto que no me envían dinero.– Naoya frunció el entrecejo confundido, ella siguió. –Ahorré casi toda la preparatoria para venir acá a estudiar pero mis ahorros están a punto de acabarse por lo ridículamente caro que es el material de arte aquí así que... Tengo que conseguir empleo.

U n t o u c h a b l e | Gojo SatoruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora