³⁶ tearing apart

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Cuando ella regresó con las golosinas, Satoru se veía muy pacífico rompiendo el cartón, haciéndolo más pequeño y delgado para poder moldearlo mejor  y así, poder colocarlo sobre el alambre. Era todo una mentira y ambos eran unos cobardes que se negaban a aceptar que no podrían nunca ser solo amigos.
Alexa dejó las frituras sobre la mesa y se sentó en la mesa, frente a él, buscando esa cercanía. Sus manos se dirigieron al bulto de cartón sin tratar y empezó a trabajar junto con él, ella aún no sabía que era pero... estar así, tan cerca de él le hacía sentirse en una especie de estado REM.

Era muy triste, desesperante y embriagador, como si ella estuviera infectada de él, cada célula de su cuerpo, cada neurona de su cerebro, cada molécula de ella vibraban para él y sólo por él, por sus ojos cristalinos como agua y su cabello cual nieve. Ella suspiró al regresar su vista al cartón. Ojalá pudiera gritar y rogar por él pero ninguna palabra o súplica sería suficiente para que evidenciar lo mucho que le necesitaba, Naoya tenía razón, podía usarlo a él y a las demás personas para sentirse querida pero nunca sería suficiente porque ninguna de esas personas sería él.

Lo amaba y lo odiaba, odiaba quererlo y lo odiaba por haber hecho que ella se enamorará de él.

-Entonces... ¿Quieres explicarme mejor cómo es que terminaste con alguien como un Zenin?- preguntó de repente el peliblanco sin subir la mirada hacia ella, su mandíbula tensa intentando disimularlo al romper con suavidad el cartón, sus dedos jugueteando con el material mientras esperaba respuesta alguna de la morena, quien se quedó viendo a sus manos.

-Ni siquiera yo lo sé. - admitió con una risa nasal. - Yo... lo conocí en una fiesta y se portó fatal.- volvió a reírse, evitando darle la importancia merecida. -Me buscaba todo el rato cuando nosotros estábamos ... bueno, tú sabes. - la morena volteó la mirada al peliblanco quien ya la estaba observando, ella volvió a desviar la mirada mientras sentìa sus ojos sobre ella, penetrándola con la mirada, ambos se quedaron inmóviles aún sosteniendo los pedazos de cartón. - Se enteró de lo nuestro y se molestó demasiado, creo que nos siguió una vez que quedamos de vernos, la cosa es que fue a mi edificio e hizo una escena, empujó a su prima y a mi... - Alexa volvió a buscar su mirada. -La cosa es que me hizo sentir acorralada para pasar tiempo con él.

- ¿Te empujó?

- No.- respondió. - No fue eso, él estaba muy molesto conmigo y fue algo así como un golpe, me tomó de la barbilla muy fuerte y me empujó hacia una pared lastimándome.

-¿Por qué no me lo dijiste antes?- inquirió el peliblanco con un dejo de preocupación en la voz, su mirada inquieta posándose sobre el rostro de la morena, ella, inconscientemente, llevó la palma de su mano a su mandíbula mientras devolvía la mirada, inclinando levemente su cabeza para observar como la miraba. Su mirada de siempre cuando se trataba de Alexa, sus ojos inundados en el reflejo de ella, una mirada que desde hace rato no se permitían que sucediera.

-Ni siquiera quería que alguien se enterara. - confesó, ahora ninguno de ellos se quitaba la mirada de encima, Alexa se quedó en silencio por unos segundos antes de bajar la mirada a las manos estáticas del peliblanco. -Cuando Suguru se enteró, no quería que te dijera nada y le dije que por favor no lo hiciera porque...yo no quería que pensarás que realmente estaba con Naoya en esos momentos, no quería que la situación se malinterpretará, pero... bueno después él manipuló todo y pasó todo esto.

-Lo lamento

-¿Por qué?

-Por todo lo que pasaste.- dijo colocando su mano sobre su pierna de ella, los ojos de la morena se abrieron levemente cómo reacción, sus miradas se enredaban entre ellas intensamente, ella podía ver compasión en su mirada y él podía ver ilusión en la de ella. -Tenías razón, debí haberte preguntado a ti, y también debí creerte, sin importar tu respuesta.

U n t o u c h a b l e | Gojo SatoruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora