Capítulo Tres: AR-Zephyr

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—. Un bebé... Q-Qué voy a hacer con un bebé?! —. Gritó con el cuerpo temblando. Viendo en la pantalla de la ecografia el pequeño cuerpecito de un bebé en su interior.

—. Esto es... surrealista —. Indicó Rusia hacia la enfermera —. Él se ha echo una prueba hace un tiempo y salió negativa. Por qué ahora nos dicen esto?!

—. Señor, usted mismo lo está viendo. Están esperando un hijo.

Rusia observó a Perú, quien se hallaba asustado.

El también estaba alterado, pero debía calmarse.

Tomó aire y dió un suspiro, agradeciendo a la señorita que los había atendido.

Ambos salieron de la clínica, entrando al auto.

—.... La prueba que me había echo Estados Unidos.... fue negativa, que sucedió?!

—. No lo sé, quizás se haya tratado de un error.

—. Que voy a hacer... AHHHG!

—. Deja de golpearte! —. Exclamó tomando sus brazos —. Vamos, respira conmigo. Inhala..... y exhala..... —. Con esto logro calmarlo un poco.

—. No estoy listo para esto y... n-no puedo decírselo a ese idiota. Él tendrá otro hijo con México. Además los medios creen que yo soy el malo, me caerán más comentarios malos...

—. Escucha, vamos a casa mientras tomamos un poco de aire de acuerdo? No podemos pensar si estamos alterados.

Perú asintió y se colocó el cinturón.

Rusia hizo lo mismo y comenzó a manejar hacia su hogar.

Hogar que compartían gracias a Rusia, quien había sugerido mudarse los dos, lejos de todos.

El camino era tranquilo, el viento era un gran agente tranquilizador.

Al llegar a casa, después de haber refrescado un poco la mente, fueron al comedor.

—. Consideras una opción, abortarlo? —. Preguntó Rusia.

—. No, si pasó por mí cabeza pero, no.

—. Bien... me alegra oír eso.

—. Pienso en tenerlo y... pues cuidarlo, no? USA no necesita saberlo. Que se conforme con su estúpida familia de mierda.

—. Jajajaja, de acuerdo Perú.

—. Si gustas, puedo irme, digo, si te molesta la idea de que esté aquí con un hijo...

—. Qué? No, yo puedo ayudarte a cuidarlo. No pienso dejarte solo.

—. Enserio...? Este "problema" es mio, no quiero molestarte.

—. Para nada, Perú, y para que no pienses que me estas obligando de alguna forma psicológica. Yo mismo me ofrezco a cuidar de ese niño.

Perú dió una sonrisa, y se levantó para darle un abrazo.

Justo ese día, comenzaron a preparar todo en la casa para tener una nueva habitación para el pequeño.

Perú ya tenía tres meses, se hallaba a mitad de gestación.

Al día siguiente fueron a comprar todo lo necesario.

Para ambos era extraño, pero al ya estar ahí, dejaron la tensión de lado y comenzaron a observar todo con ilusión.

Después de un mes, ya tenían todo listo.

Solamente debían esperar al bebé.

—. Osea que estas esperando un hijo de ese imbecil y no piensas abortarlo?

FINDING FORGIVENESS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora