Capítulo Cinco: Cero opciones

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—. JODETE ASTER!

—. No fue mi culpaaaaa

—. YA LA TENÍAMOS HIJO DE PERRA! AAAHHHGGGGG!

—. Tenía laaaag :(

—. DETESTO TU ESTÚPIDO INTERNET TERCERMUNDISTA DE MIERDA!

—. Tus insultos ya me están comenzando a ofender u.u

Kenneth se levantó del asiento frente a su computador.

Estaba a punto de ganar la partida, cuando la ausencia de su compañero le costó la victoria.

—. Por dios, ya calmate —. Dijo Aster desde el canal de voz —. Es solamente un juego.

México se acercó al cuarto de Kenneth preguntándole que pasaba y por que gritaba tan fuerte.

—. Lo siento madre.

—. Estoy en una llamada importante y tus estúpidos gritos no dejan concentrarme. Será mejor que cierres la boca si no quieres que te quite ese juego tuyo.

—. Si mamá, perdón.

Con esto, México se retiró azotando la puerta fuertemente.

—. Pero en cambio yo tengo que estar aguantando sus estúpidos gritos de perra loca —. Susurró volviendo a ponerse los audífonos.

—. Kenneth, ya basta. Calmate. —. Dijo su amigo desde la otra línea.

—. Sí... —. Respondió con un suspiro —. Bueno, jugamos otr-...

El sonido de los gritos de México interrumpió esa conversación.

—. Esto es una jodida broma... —. Comento Kenneth riendo.

—. Que sucede?

—. Parece que mi padre acaba de llegar. Esperame un rato, veré que sucede.

El pequeño salió de su habitación y se asomó a las escaleras escuchando la nueva discusión de sus padres.

México le reclamaba el por que había estado ausente todo el día, pero USA parecía ignorarlo.

Se metió a su oficina buscando desesperadamente unos documentos que contenían contactos.

—. Hey imbecil te estoy hablando!

—. Acabo de descubrir algo que puede cambiar mi puta vida —. Dijo en voz baja encontrando aquellos contactos para tomar su celular de inmediato.

México se quedo en silencio, viendo los contactos de USA, comenzó a escuchar atentamente la conversación que llevaba con un abogado.

—. Una solicitud, sí —. Dijo el estadounidense con una sonrisa —. Soy su padre, y si tengo que asistir a una corte para reclamar a mi hijo, lo haré. Tomará el caso?.... perfecto.

—... Hijo? —. Preguntó el mexicano.

—. Te acuerdas del hijo de Perú? El que vimos en la junta —. Preguntó recibiendo como respuesta un "si" —. Ese niño es mio. Perú se lo confesó a mi padre.

México quedó nuevamente sin palabras.

—. Puedo traerlo aquí, puede vivir conmigo, con su papá! —. Exclamó el estadounidense muy contento, a lo que México seguía con la mirada perdida. —. Negociaré con Perú sobre el niño, quizás... esto nos una más Jajaja.

—. Piensas traer a ese niño... aquí.

—. Claro, soy su padre, debe estar conmigo.

—. Quien putas decide si traes a ese mocoso o no a NUESTRA casa. Ni loco dejaré que hagas esta tontería. Ese niño ya tiene un hogar. Déjalo donde esta.

FINDING FORGIVENESS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora