FINDING FORGIVENESS

Capítulo Veinticinco: De todo corazón.

Kenneth se hallaba en el escenario, a punto de tocar una pieza musical frente a un gran número de espectadores.

Todos eran de gran importancia, pero eso no era tan relevante para el menor.

Él simplemente observaba el sitio vacío de sus padres.

Cerró los ojos dando un suspiro. Estaban a punto de darle la orden para iniciar.

Observó a sus abuelos, quienes si se hallaba presentes.

Quería llorar, realmente espera ver a su padre ahí con él.

Alzó el violín, pese a que sus manos temblaban.

Estaba por iniciar su parte en conjunto con su compañero quien tocaba el piano a su lado, cuando observó al fondo la figura de USA acercándose.

El estadounidense lo observó con una sonrisa. Parecía haber llegado corriendo por lo agitado que estaba.

Hizo un gesto con sus manos para que su hijo tomará aire y se dejara llevar por el momento.

Kenneth dió una pequeña sonrisa y tocó el instrumento en el momento preciso.

USA se iba acercando a la mesa para tomar asiento al lado de sus padres.

—. Oh... Llegaste —. Susurró UK. —. Te dije que esto era muy importante para él.

—. Y estoy aquí. No para discutir con ustedes, si no para ver a mi hijo.

No dijo más, simplemente cruzó sus brazos y observó la habilidad de su pequeño.

Francia sonrió para después arreglar el cabello de Estados Unidos.

Luego de la presentación, Kenneth salió para ir con su padre.

—. Pensé que tenías una junta con tus ministros —. Dijo el pequeño. —. Te van a sancionar.

—. Si fui, no te preocupes por eso —. Respondió con una sonrisa —. Lo hiciste genial, Kenny.

—. No me llames así. Y ya sé que lo hice bien, me enseñó el mejor.

USA sonrió para luego darle un abrazo, pese al frío temperamento de su hijo.

Kenneth cerró los ojos disfrutando el afecto.

Al volverlos a abrir, observó el bolsillo del traje de USA, el que portaba un pequeño papel.

Vio unas pequeñas letras que intentó divisar con más claridad. Lo consiguió, dándose cuenta que era una multa por exceso de velocidad.

Internamente, adoraba con todo su corazón aquellos momentos en los que su padre le daba atención, dejando su trabajo y problemas de lado por él.

—. Ya, déjame.

—. Jajajaja, bien, vamos a cenar? Por algún motivo siento que alguien quiere comer makis.

El menor alzó su mirada, viéndolo con curiosidad.

—. Le atiné? —. Observó su padre viéndolo alegremente.

Kenneth asintió.

Este era uno de los recuerdos que pasaban por la mente del menor, quien se hallaba dormido al lado de la camilla de USA.

Había otro, en el que se hallaba jugando junto a Aster en línea.

Ambos estaban tan concentrados en ganar la partida.

Cuando de la nada, entró USA al cuarto de Kenneth en silencio, con una bandeja de galletas con atún.

No dijo nada, simplemente dejó la bandeja a un lado del escritorio y salió.