Capítulo Diez: No te gustaría saberlo...

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—. Cómo es que le diste permiso a Zephyr para salir a una fiesta idiota —. Preguntó Perú observando a Rusia. —. Que parte de que España trama algo no entiendes?

—. Yo estaré cuidándolo a todo momento. Perú, el niño está creciendo, tarde o temprano va a querer hacer su vida.

—. Es muy pronto para hablar de eso.

—. Tiene quince años y no sabe lo que es tener amigos de su edad. Se la ha pasado encerrado en casa toda su vida. No puedes tener al niño encerrado más tiempo.

—. Él no está encerrado, esta siendo protegido.

—. Zephyr sabe defenderse. No es ningún idiota.

—. Y que tal si en esa maldita fiesta alguien intenta aprovecharse de él?! Eh? No te has puesto a pensar en que irán puros adolescentes hormonales?!

—. Perú, deja al niño ser libre! —. Exclamó el ruso —. Le hace mal no estar al tanto de lo que sucede en el exterior. Además ya te dije que yo estaré presente cuidándolo de cualquier amenaza externa!

Perú estaba nervioso.

No quería que su hijo saliera, tenía miedo. Ya de por si le aterraba el echo de que estuviera con Estados Unidos y no junto a él.

Perú aceptó aquella salida, pero indicó que también asistiría, para ayudar a Rusia con el cuidado y la vigilancia.

Este no tuvo problemas.

Aceptó, ya que así Perú podría estar algo más calmado y además, Zephyr podría vivir un poco de su adolescencia.

—. Em... Hay algo... más que no te he contado —. Dijo Rusia.

—. Que más? —. Respondió Perú con un tono de cansancio y enfado.

—. USA... ya sabe que tu y yo no estamos casados...

—. Te dejamos solamente dos días, Rusia —. Tomó la palabra su padre —. Y YA COMIENZAS CON TUS IDIOTECES?!

—. Yo no dije nada! Fue Zephyr!

—. Y por qué el niño diría eso?!

—. Aaah.... no lo sé...

Perú lanzó su teléfono al suelo.

Observó a Rusia molesto y luego comenzó a retirarse.

—. A dónde vas? —. Preguntó el ruso.

—. Con mi hijo.

—. Es muy tarde no crees?

A Perú le importó poco la hora y salió de la casa.

Se dirigió hacia el espacio donde se hallaban alojados USA y sus padres.

Al llegar, mostró su identificación y lo dejaron pasar sin problema.

Llegó al departamento de USA y tocó la puerta, esperando que alguien le abra.

Tardaron un poco, pero finalmente fue USA quien abrió la puerta.

Parecía haberlo despertado en medio de un sueño.

El estadounidense se sorprendió por la visita de Perú, aunque fue más raro verlo solo, sin Rusia a su lado.

Lo hizo pasar, ofreciéndole algo de tomar o comer.
Perú se negó, comentando que solamente venía a ver el estado de su hijo.

USA asintió y lo guió hasta la habitación de los niños.

Sí, ambos dormían juntos.

No en la misma cama, pero sí en la misma habitación.

FINDING FORGIVENESS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora