FINDING FORGIVENESS

Capítulo Veintisiete: El "qué dirán..."

Perú corría por medio de los campos, gritándole a USA que ya no lo siguiera más.

Este no le hacía caso, le pedía que parara, si quería golpear algo para soltar su ira podía golpearlo a él.

Si se seguía alejando, sería peligroso.

Progresivamente Perú fue perdiendo fuerzas.
Comenzó a caminar lento, cosa que permitió al estadounidense llegar hacia él.

Rodeó sus brazos sobre su cuerpo, abrazándolo.
Sintiendo su respiración irregular y agitada.

En pocos segundos, sintió cada vez más pesado el cuerpo de Perú.

Estaba por desvanecerse.

—. Perú? Te dije que no salieras corriendo de esa forma... —. Mencionó tomándolo suavemente del mentón para alzar su cabeza —. Tranquilo, respira profundo.

—. Como no pude seguir insistiendo. Ese enfermo lo planeó todo. Él y su jodida rata le jodieron la vida a mi hijo! Lo voy a-...

—. Perú... —. Lo llamó con un tono suave y tranquilo, tomándolo con delicadeza por la cintura mientras seguía tomándolo del mentón —. Necesito que te calmes.

—. ¡¿CÓMO?! LLEVA MÁS DE OCHO AÑOS RIÉNDOSE DE NOSOTROS. LLEVA HACIÉNDOME LA VIDA UNA MIERDA DESDE QUE NACÍ ¿¡POR QUÉ HACE TODO ESTO!?... Por qué tuvo que meterse con Zephyr...

Poco a poco ambos cayeron de rodillas en medio del pasto.
USA aún sostenía a Perú desde su espalda.

El menor no estaba llorando, solo estaba lleno de dolor y enojo.

Odiaba con todo su ser a España.
Lo quería ver muerto.
Quería ver en su rostro miedo, tal cual y generaba con él.

—. Reaccioné igual que tú... —. Susurró el mayor para mantener la serenidad del campo. —. Pero lo mejor ahora es hallar una fomar de atraparlo y-...

—. Solamente piensan atraparlo?

—. España porta un poder desconocido. Algo inexplicable hasta para... Collasuyo.

Perú se apartó observando a USA.

—. Qué fue lo que dijiste? —. Preguntó el menor.

¿Había oído bien? USA no podía saber de la existencia de Collasuyo.
Quizás se lo habría comentado Rusia.
No, él no podía traicionar su confianza.

—. Hey, no lo sobrepienses tanto. Solamente sé que es hijo de Tahuantinsuyo... y que me hizo compañía en lo que estaba inconsciente. —. Respondió el estadounidense acariciando su cabello.

Perú quitó su mano de un golpe, viéndolo algo angustiado.

—... Él te dijo algo más?

—. No, tranquilo. Quedamos en que esperaría a que tú me quisieras contar lo que tú quieres que me entere.

El peruano bajó la mirada.
Se sentía feliz al saber que Collasuyo estaba con ellos.

—. Pero por qué está contigo?! Collasuyo no debería perder el tiempo en ti.

USA sonrió y comenzó a reír un poco.

—. Él me dio una segunda oportunidad. Claro, también me amenazó, pero no hubo importancia. Realmente quiero ser alguien mejor para los niños... Y para ti.

—. Que Collasuyo te apoye no significa que yo te vaya a dar una oportunidad fácilmente, baboso. —. Reclamó Perú —. Pero bueno, ese no es el problema. Que fue lo que te dijo él sobre España?