06. Atracción innegable.

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[27 de noviembre. Media noche, Estambul – Turquía]


Jungkook le dio un último soplido a la taza de manzanilla humeante.

—Ten. —dijo y tendió la taza hacia Jimin, que tenía el brazo izquierdo vendado. Sin embargo, ya se encontraba bastante recuperado después de haber sido atendido en un hospital de Estambul. —Te hará sentirte un poco mejor. —le dijo sonriendo, y aunque él quiso negarse rotundamente a tomar manzanilla ya que le avergonzaba que fuera Jungkook quien cuidara de él, no podía hacerlo teniéndolo sonriendo de esa manera tan dulce.

—Gracias. —Jimin cogió la taza con la mano derecha.

—¿Cómo estás? —Taehyung apareció en la sala de estar del departamento, el número tres que el grupo llevaba ocupando en lo que iba del viaje. Este, en cambio, había tenido que pagarlo por su cuenta, de su propio dinero.

Y es que esa repentina mudanza de Ankara a Estambul no estaba entre los acuerdos firmados con los miembros de la CIA, lo que significaba que no iban a financiarlo. Sin embargo, él consideraba que era necesario al menos quedarse una noche en Estambul para perder de vista a quién sea que viniera persiguiendo a Jungkook. Esa podría ser la oportunidad perfecta para despistarlos del camino.

—¿Crees que puedas ir mañana a Mongolia? —le preguntó Taehyung al rubio.

—No estoy cojo, Taehyung. Puedo moverme.

—Lo sé, lo sé. —el pelinegro sonrió. Y era la primera vez que Jungkook lo veía sonreír. El acto lo dejó perplejo. Esa mueca en él se veía preciosa. Era una sonrisa cuadrada, delicada, tierna. —Solo quería hacerte saber que si no puedes moverte, el grupo podría quedarse un día más.

—Que no estoy cojo ¿vale? —Jimin tomó de la manzanilla caliente. —Dios Jungkook, esto está bueno. —comentó cuando notó que traía unas gotitas de limón.

El chico sólo le respondió con una sonrisa.

—Bueno, este buen hombre procederá a irse a dormir. Los veo más tarde, al amanecer. —dijo levantándose por sí solo del mueble y caminando en dirección a su habitación. —Buenas noches. —se despidió, levantando el brazo derecho.

—Buenas noches. —se despidió Taehyung y una vez que Jimin cerró la puerta de su habitación, él pasó a caminar hacia el sistema de censores, para activarlo durante la noche. —¿Qué esperas? ¿Por qué no vas a dormir? —le preguntó a Jungkook, que jugueteaba con sus dedos parado en una esquina de la sala.

—La verdad no creo que pueda. —sonrió él ligeramente, levantando los hombros y Taehyung tragó saliva.

La manera en la que él podía ser tan indefenso le debilitaba por completo. Y ahora ya no parecía el Jungkook intolerante que había tratado en un primer momento, sino todo lo contrario...

—Ha sido un día duro ¿Verdad?—entonces él dio un paso hacia adelante, dejándose caer en el sillón largo de la pequeña sala.

—¿Tú qué crees?—El más joven lo miró sentarse sobre el sillón y supuso que eso significaba que él podía hacerlo también.

¿Tal vez a su lado? ¿O eso sería demasiado inapropiado? Quizás también podía ser un tipo tratable como lo era Jin. O quizás no, quizás podía reaccionar mal.

Optó por sentarse en el otro extremo del sillón.

—Lo que pasó hoy... No es culpa de Jin. —susurró Jungkook, sin subir la mirada hacia él.

Antidote | TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora