18. Celos inevitables.

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—¿Sabes? Una de las técnicas que aprendí cuando fui a Vietnam fue echarle más sal a esta cosa. —Jin cogió el recipiente de sal y se puso detrás de Jungkook, rodeándolo accidentalmente con los brazos para así poder echarle sal a la gran olla que estaba en la estufa. —Y créeme que en ese lugar yo era el mejor chef.

—Lo dudo mucho. —Jungkook soltó una risita y trató de acomodarse para no estar tan unido a él, sabía que no lo hacía con una doble intención.

—Peque, cuando pruebes esto vas a...

De pronto, alguien entró a la cocina.

—Allá afuera todo está demasiado tranqu-... —Taehyung se detuvo en seco. Había escuchado la voz de Jin desde afuera y había entrado para comunicarle el estado de la zona.

Pero la escenita que había encontrado en la cocina lo había hecho tensarse a un punto hasta ahora desconocido para él. De pronto estaba irritado y sus músculos palpitaban sobre sus puños. ¿Acaso estaba viendo con claridad?... Jin estaba... ¿abrazándolo?

—¿Cómo ha estado todo ahí afuera? —Jin le dedicó una gran sonrisa, parecía muy relajado. Se quitó el delantal y dejó a Jungkook aún concentrado en la estufa.

Taehyung miró a Jungkook.

¿Qué mierda estaba sucediendo?

¿Por qué demonios no lo miraba de vuelta?

¿Y por qué él estaba tan alterado?

—Normal.—fue la única respuesta de Taehyung, en aquellos segundos en los que se dedicó a fulminar al menor con una mirada desbordante en furia. Y a él también, a Jin también.

Porque lo sabía. Jin sabía que él lo había besado y que probablemente habían pasado más cosas en el pueblo a dónde se habían ido. Y ahora simplemente actuaba como un completo idiota abrazándolo en medio de la cocina. ¿Y por qué Jungkook estaba tan normal frente a la estufa, como si él no estuviera presente? ¿Como si estuviera ignorándolo?

—Mejor para nosotros ¿no es así? —Jin abrió los brazos—Pondré la mesa. —les dijo a ambos, cogiendo varios vasos de vidrio con las manos y desapareciendo por unos segundos en dirección al comedor.

En un movimiento rápido, Taehyung alcanzó a Jungkook, que seguía concentrado en la cocina.

—Oye... —lo llamó despacio, jalándolo suavemente del brazo derecho. Una vez que él se giró, pudo notarlo. Estaba fastidiado, mucho más que eso. Podía decirse incluso que estaba cabreado por algún motivo que él no conocía. —¿Está todo bien?—le preguntó verdaderamente afligido, en un susurro repleto de angustia.

—Sí.—respondió el chico con una sonrisa irónica.

—¿Por qué de pronto estás tan...—Taehyung tragó saliva.—cariñoso con él?

—Jin tiene un humor muy apacible. Es algo que deberías aprender a imitar de vez en cuando. —el chico se giró para darle la espalda, pero entonces, Taehyung lo cogió del brazo y lo volteó para él esta vez a la fuerza, para mirarlo a la cara. Necesitaba una explicación antes de que empezara a enloquecer por sentir su rechazo de un momento a otro. Empezaba a sentir tantas cosas cuando Jungkook se enfadaba con él. Cosas que no podía controlar.

No entendía la razón. No entendía el motivo. Pero no quería estar así con él...

—¿Estás cabreado?

—Déjame en paz, Taehyung. —Jungkook se zafó de su agarre, apartándose y caminando en dirección a Jin, que había aparecido otra vez en la cocina.

De lejos, Taehyung observó cómo ambos se decían cosas, se reían entre ellos y surgía una química perfecta entre los dos. Aquello hizo que se retorciera por dentro. Jamás había sentido algo tan profundo, tan denso dentro de sí. A tal punto de quemarle el pecho, los puños. Estaba... estaba celoso. Sí, vaya que lo estaba. Celoso y jodido, porque Jungkook empezaba a inquietarle de una manera sobrenatural.

Ahora entendía que él no sólo había sabido moverle los instintos carnales al punto de excitarlo, sino que también estaba empezando a entrar en él de una forma... ¿sentimental? ¿él? ¿Kim Taehyung con esas cursilerías?, ni siquiera podía creérselo, pero no podía negarlo. Empezaba a sentirse débil, angustiado y todo al mismo tiempo. Y temía demasiado lo que eso podía llegar a significar...

No, claro que no. Eso era imposible.

—¿Ya está la cena? —Jimin apareció de pronto, igual de alegre que Jin y Jungkook. ¿Es que de pronto todos estaban tan felices en esa casa? ¿Y Taehyung tan irritado?

—Sí, preparada por Jungkook y unos toques míos. —dijo Jin en voz alta.

—Bueno ya, a la mesa, que esto se enfría. —Jungkook le sonrió a los dos y se giró, topándose con el rostro frío y sin emoción de Taehyung. Sus ojos marrones ardieron sobre los suyos.—¿Vas a cenar con nosotros? —le preguntó él, desviando la mirada.

—No tengo hambre. —respondió él, tan groseramente como pudo. En eso era un experto. Se apartó rápido del menor y caminó en dirección al gimnasio de la casa, que segundos después cerró de un portazo duro y sonoro.

 Se apartó rápido del menor y caminó en dirección al gimnasio de la casa, que segundos después cerró de un portazo duro y sonoro

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ESTOS CELOS ME HACEN DAÑO, ME ENLOQUECEEEN JSJXJAS.

Aquí un capítulo más, gracias por leer, no olviden su voto!:)

-Itori xoxo

Antidote | TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora