EN EL CAPÍTULO ANTERIOR:
—Hace tres días que no recibimos ninguna señal del refugio que está a diez kilómetros de aquí—prosiguió Danielle, moviéndose de un lado para otro.—Creemos que hay mucha gente proveniente de Gwangmyeong atrapada en ese lugar. Es uno de los más cercanos y lo más probable es que si hay una invasión allí, estén necesitando de nuestra ayuda para escapar de los infectados. Necesitamos de alguien que pueda ofrecerse a ir hacia allá. Les ofreceremos armas y las municiones que crean necesarias...
—Yo lo haré—fue en ese momento donde una voz se escuchó entre todas las personas. Una voz que se dibujó con el pasar de los segundos, en un muchacho que apareció en medio de la multitud.—No necesito demasiado. Solo un par de armas y provisiones. —señaló Taehyung, sin apartar la mirada de encima de Jungkook y de Jackson. —He hecho esto antes.
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—Te prometo encontraré a tu madre—le dijo Taehyung a Jackson, asintiendo lentamente, a medida que se prometía a sí mismo aquellas palabras.—sólo si tú me prometes que protegerás a Jungkook.
—Él dijo que iría contigo—susurró el niño.
Taehyung entreabrió los labios al escucharlo decir eso. Sin embargo, no tuvo tiempo de manifestar su sorpresa, porque él apareció justo en ese momento detrás de los dos, con una pequeña mochila colgando en su espalda y una mirada que lo dejó sin palabras.
—¿Nos vamos?—le preguntó decidido.
Gracias a los detalles que habían recibido de parte de Danielle, lo que tenían frente a sus ojos se les hacía bastante parecido al dichoso refugio cercano.
El lugar era un colegio. Un colegio antiguo rodeado de un cerco metálico oxidado por los años y autobuses amarillos estacionados de manera improvisada, cerrando el acceso. Ambos tuvieron esa sensación densa en el estómago que les alertaba que, efectivamente, ese era el lugar que había estado esperando por ellos durante todo ese largo viaje.
Taehyung detuvo la camioneta detrás de un árbol. Aquellos pocos segundos fueron suficientes para inspeccionar el ambiente por su propia cuenta: el lugar era lejano, desértico, oscuro y demasiado silencioso para su gusto. No parecía haber rastro de algún infectado o una manada rondando los exteriores, lo cual no podía calificar como una ventaja. Nada podía asegurarle que no se encontrarían con cientos de ellos en el interior.
Ese pensamiento le hizo tensarse. Tensarse y mirar a la persona que tenía al lado de reojo. Jungkook recargaba las armas muy concentrado a su costado, sin percatarse aunque sea un poco de su nerviosismo. Eso estaba bien. Porque no quería que supiera que aunque se lo había prometido, no podía evitar sentir temor por él. Por perderlo...
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Antidote | Taekook
RandomLos rumores de un antídoto que salve a la humanidad de una posible epidemia son reales: se encuentra en la sangre de un chico. Para esa importante misión, los gobiernos del mundo solicitan los servicios de uno de sus mejores agentes, Kim Taehyung...