07. Deseos carnales.

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Taehyung tiró la blusa al suelo y cerró la puerta de la habitación detrás de él. En un movimiento rápido, cargó el cuerpo de Jungook y le acomodó las piernas alrededor de su cintura, para luego proceder a besarlo.

Besarlo duro.

—Taehyung... —se quejó en medio del beso, pero las manos del muchacho habían empezado a apretarlo fuerte contra su cuerpo, y aquel contacto tibio de su piel se tornó totalmente delicioso.

Una fuerte oleada de deseo invadió a Jungkook cuando el pelinegro volvió a besarlo en la boca, sus labios gruesos chupaban, lamían y su mano derecha le acariciaba los pezones, pellizcándoselos para tensarlos todavía más. Él empezó a retorcerse en su sitio y acompañado de un gemido, Taehyung pasó a besarle el cuello, utilizando su tibia lengua para recorrer cada centímetro de su piel en su punto más débil.

—Por favor detente... —Jungkook logró hablar, pero de inmediato su mente se nubló en deseo, pues el otro chupaba fuerte contra su cuello. Y al mismo tiempo su respiración caliente, su tibia lengua y sus jadeos lo hacían estremecer.

El chico caminó arrastrando los pies hasta el borde de la cama, tumbó a Jungkook encima de esta y los ojos oscuros del más joven lo miraron con desesperación, porque lo deseaba más de lo que había deseado algo jamás en su vida. Su miembro endureciéndose, y la sensación en su vientre le proporcionaban espasmos, al mismo tiempo que empezaba a jadear por él, por querer tenerlo hundiéndose entre sus piernas cuanto antes. Y Taehyung no era quién para prohibírselo. Así que se dejó caer encima de él muy despacio, para besarlo en la boca una vez más utilizando la lengua como su mejor arma.

Arriba apretó los pectorales de Jungkook con ambas manos, jugueteó con sus pezones y su erección creció todavía más cuando sintió que estos se endurecían bajo la yema de sus dedos. Así que tuvo que bajar una mano hacia sus pantalones, donde se acarició el miembro por encima de la tela. Y no tuvo mejor idea que bajar también la mano temblorosa y suave de Jeon hacia encima del bulto duro y grueso que escondía ahí. Lo hizo tocarlo.

—Mierda, Jungkook... —él soltó un gemido ronco inmediatamente al sentir las manos del chico acariciarlo. —Tócalo. —le rogó entre súplicas y el castaño acarició lentamente sobre ese gran bulto. Taehyung cerró los ojos ante el contacto e imaginó todo lo increíble que podría sentirse si él lo tocara verdaderamente. Sin ninguna capa extra. Sin pantalones. Sin nada.

No podía aguantar demasiado ante algo que le ponía sobremanera. No podía negarse a la oportunidad que se le estaba presentando. No podía, ni quería negársela al más joven tampoco. Ese hombre le ponía cachondo en todos los sentidos posibles. Y ahora mismo, sobre esa cama, deseaba tanto follar...

Taehyung se desabrochó los pantalones...

Entonces el chico se apartó de inmediato.

—Basta... —Jungkook bajó ambas manos hasta el pecho del contrario para detenerlo al instante.

El muchacho cerró los ojos ante su petición, porque gracias al cielo le había detenido cuando todavía podía tomar control de sus actos. Si hubiera tardado algunos segundos más... ya habría sido demasiado tarde, y estaría follándolo entonces haciendo sonar esa jodida cama.

Los ojos de Jungkook lo miraban con temor desde abajo, y solo cuando él sintió lo atemorizado que estaba por verlo tan convertido en ese Taehyung que perdía la cordura por un buen polvo, abrochó sus pantalones de nuevo y dejó escapar un suspiro pesado.

—Lo siento, Jungkook. —se disculpó de inmediato, colocándose de pie y tratando de ocultar la erección predominante en sus pantalones.

La tonalidad de sus ojos había vuelto a la normalidad. Pero no a la normalidad que a Jungkook le gustaría, sino al Taehyung distante, frío y con poco tacto.

El pelinegro le alcanzó la blusa naranja a Jungkook que había tirado en el suelo y abrió la puerta de la habitación. Parecía tan normal, tan natural, como si aquello hubiera sido lo más normal, lo más típico... ¿Lo era? ¿Acaso acostumbraba propasarse con su trabajo? ¿Por qué él estaba tan avergonzado, sorprendido y... excitado, y Taehyung estaba tan relajado y despreocupado?

Antes de irse, cuando el más joven pensó entonces que no podría sentirse más avergonzado por lo sucedido, Taehyung se giró y simplemente susurró:

—Buenas noches.

—Buenas noches

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Antidote | TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora