46. ¡No te tengo miedo!

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—¿Ya vas a decirme qué estaba pasando afuera?—preguntó Sohee una vez más, mirando a Taehyung por el rabillo del ojo.

Desde que el chico había subido a la camioneta, estaba totalmente diferente. Más callado, más reflexivo, parecía como si esa conversación lo hubiese sacado del panorama.

—¿Quién era ese chico?— volvió a cuestionarle mientras jugueteaba con la tela del cinturón de seguridad.—Te preguntó sobre mí, ¿verdad?

Taehyung asintió despacio, con la mirada fija en el camino.

—Él era...—quiso seguir hablando, pero algo dentro de su interior la obligó a quedarse callada. Maldición, ¿qué le estaba sucediendo? ¿por qué de un momento a otro, se le hacía difícil hacerle esta pregunta?—¿Él era Jungkook?

El muchacho a su costado esbozó una sonrisa que la tranquilizó sobradamente.

—No—le dijo acompañado de una risa encantadora. Y ella se odió en ese momento, al comprobar lo sexy que podía ser ese hombre sin ni siquiera proponérselo. Como si fluyera de él, naturalmente.—Pero es un gran amigo suyo. Y no sé por qué, pero ha pensado que tú y yo...—Taehyung se aclaró la garganta— Que tú y yo tenemos algo. —dijo en son de burla, divirtiéndose con sus propias palabras.

La única que no parecía estar tomándolo todo a la ligera, era ella...

—¿Y qué le dijiste?— Sohee se giró a mirarlo.

—Que es una locura.—la respuesta de Taehyung quedó en el aire. Él le devolvió la mirada y desde entonces, ninguno dijo palabra alguna hasta que la casa Han estuvo frente a ambos y llegó el momento de despedirse.

No sabía si era solo idea suya, pero él había empezado a sentir cierta tensión en el ambiente desde que le había contado lo de Hoseok. Estaba imaginando que tal vez, se había sentido ofendida por algún comentario fuera de lugar dicho por el rubio. Pero luego volvía a él la idea de que Sohee no podría ofenderse jamás por algo así, es decir, le había demostrado que era lo suficientemente liberal como para aguantar una que otra palabra fuerte.

Y si todo era como lo pensaba, ¿por qué sentía que ella estaba enojada?

¿Y por qué eso empezaba a importarle tanto?

El chico aparcó la camioneta y sacó la seguridad de las puertas para que Sohee pudiese bajar. Ella hizo lo propio: desabrochó su cinturón, cogió su bolso y abrió la puerta copiloto.

Fue en ese instante, donde todo se redujo a un solo momento. Y las cosas alrededor, empezaron a suceder una por una, en una lista de acciones rápidas, efímeras y sorprendentes...

Sohee besó a Taehyung en los labios.

Y gracias a la sorpresa de él, ella pudo desenvolverse un poco mejor en su boca. Primero un beso suave, sin movimiento, para después transformarlo en algo más intenso. Mucho más intenso. La respiración de ambos se convirtió en un vaivén de jadeos y contradicciones. Pero ella no se detuvo, y él no pudo ser capaz de hacer algo al respecto gracias a lo desprevenido que lo había tomado el asunto. Solo hasta que pudo reaccionar para separarla de él a lo brusco, haciendo que volviera a sentarse una vez más en su asiento.

La piel le ardía y suponía que tenía toda la sangre en la cara en ese momento. Pero no tenía tiempo para concentrarse en eso ahora mismo. Estaba aturdido, excitado, ¿qué demonios le sucedía? No podía hacer algo como eso. No ahora. No a él. No a Jungkook...

—Baja ahora mismo—la voz de Taehyung estaba debilitada. No la miraba, ni lo haría. Al menos no por hoy.

—Lo lamento—sin saber por qué se disculpaba exactamente, Sohee bajó de la camioneta con las mejillas ruborizadas. Se alejó rápido y se metió a su casa antes de que pudiese hundirse más en la humillación que sentía en ese preciso momento.

Antidote | TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora