Apretándolo de las caderas, empezó a besarlo en los labios. Un beso rápido y necesitado, lleno de furia, de nostalgia, de pasión. Cada parte de su cuerpo se tensó al sentir a Jungkook retorcerse bajo su tacto, encendiéndose bajo ese roce de pieles que era capaz de excitar a cualquiera que tuviese dos dedos de frente. El chico le apretó la espalda, y un gemido parecido a un sollozo salió de los labios del castaño. Se separaron un poco, pues él empezó a notar que Jungkook estaba llorando en susurros. Le limpió las lágrimas con cariño, le susurró un par de cosas, le acarició con sigilo el rostro, la cintura, los muslos... Y el menor empezó a besarlo en el cuello desesperadamente; pequeños besos húmedos, como si estuviese intentando hacerse entender a él mismo que todo esto... era real.
—Estoy aquí.—le susurró él mientras lo cogía del trasero y hacía que el cuerpo de Jungkook se uniera al suyo. Podía percibir su excitación formarse en su piel al sentirlo erizarse, al sentirlo vulnerable, débil. Él también estaba muy débil, muy frágil. Sentía que con solo una palabra suya, un gemido o un sollozo, sus ganas por hacerle el amor terminarían ganando. Aunque ese no era el lugar, ni mucho menos el momento, la forma de amar de Taehyung era esa; entregándose.
Lo había necesitado tanto que incluso escucharlo respirar había sido cómo sentir que su alma volvía al cuerpo. Que él volvía a su hogar. Habían sucedido tantas cosas en ese lapso, que tenerlo a él en ese momento, abrazándole y derritiéndose bajo sus brazos, era la mejor de las recompensas. Lo quería, lo amaba, lo admiraba tanto por todo lo que había hecho, adoraba esa valentía que se despilfarraba en él y que eras capaz de percibir con solo mirarlo. Su inocencia, su amor por las cosas, por la vida. ¿Cómo no iba a estar totalmente loco por él?
—Perdóname...—los susurros de Jungkook eran casi ininteligibles. Estaba tan quebrado y llorando sin control que el corazón de Taehyung se apretó en un puño duro. —Debí hacer lo posible por quedarme contigo, pero es que...
Sin decirle nada, Taehyung volvió a callarle con un beso. Un beso que lo acompañó con la sintonía de su lengua, cogiéndolo del rostro con ambas manos. Un beso largo, sonoro, lleno de gemidos y respiraciones agitadas, de lágrimas, de corazones latiendo, de pulsos yendo a mil por hora. Solo se detuvieron para respirar, para mirarse, como si solo aquello fuese la garantía de que todo esto estaba pasando. Taehyung volvió a cogerlo del rostro y lo besó tantas veces como pudo. Era el beso más intenso que se habían dado jamás. Se necesitaban de una manera tan intensa, pasional, apremiante. No solo tenían guardadas aquellas ganas por tocarse, sino también dolor, frustración, ira, desesperación, y sobre todo, amor.
—No quiero volver a sentirte lejos, joder—soltó Taehyung con la furia marcándose en las venas de su cuello, mientras lo apretaba a él de las caderas, mientras le acariciaba el cabello, la espalda, el cuerpo entero.— No voy a soportar volver a tenerte lejos, mi amor...—ahora la mirada del muchacho reflejaba una mezcla de sentimientos encontrados. Estaba cabreado, pero frágil, agotado, herido. Sabía que él podía soportar muchas cosas que pudiesen pasarle en la vida, pero si volvía a perder a Jungkook... Si volvía a sentir aquella sensación asfixiante y devastadora, ni siquiera él mismo sabía de lo que podía ser capaz. Estrechándolo contra él con sus fuertes manos, le susurró:—Necesito hacerte el amor, Kook... —esta vez la voz de Taehyung se había tornado gruesa y anhelante. Estaba tan tenso y su corazón latía tan rápido que no sabía cuánto tiempo más duraría sin poder hundirse en el cuerpo de su chico.
Al escucharlo decir eso, Jungkook no pudo evitar sentir un vaivén de sensaciones en su estómago que golpearon fuerte. Se sintió de inmediato en la necesidad de sentir a ese hombre dentro de él en todo su esplendor. Lo deseaba, lo anhelaba tanto al punto de enloquecer; lo quería tocándolo, escuchándolo pedir más, rogarle por más, sentir su espalda ancha humedecerse por el sudor de su orgasmo, escuchar sus gemidos graves, sentir que ese momento podía reemplazar todo lo absoluto y común del mundo en el que ahora vivían. Necesitaban un momento propio... De ellos dos, para ellos dos... Darlo todo, hasta la última gota de fuerza.
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Antidote | Taekook
RandomLos rumores de un antídoto que salve a la humanidad de una posible epidemia son reales: se encuentra en la sangre de un chico. Para esa importante misión, los gobiernos del mundo solicitan los servicios de uno de sus mejores agentes, Kim Taehyung...