12. Polos opuestos.

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Taehyung manejaba y sus brazos contra el timón estaban marcados por sus venas gruesas. A Jungkook le costó mucho pasar por desapercibido ese detalle, porque era guapísimo y el aire que entraba desde su ventanilla le despeinaba el cabello negro y le proporcionaba un aspecto seductor.

No quería admitirlo, pero el chico estaba demasiado bueno para ser verdad. Su cuerpo era una masa de músculos, y su sola presencia podía alborotar las hormonas de cualquier persona que rondara en este mundo. Sumándole a esto, tenía un rostro con unas facciones tersas y bien definidas. Y su olor, su jodido olor. Olía fuerte, a hombre, una fragancia que solo aumentaba mucho más su virilidad.

Por un momento, Jungkook se preguntó si quizás tenía pareja o si había tenido una alguna vez, porque ahora que ya no estaba comportándose como un verdadero troglodita, podía notar incluso lo buena persona que era. Hacer ese viaje solo porque él se lo había pedido era una muestra de ello.

Pero él no era el único que en ese momento estaba haciendo un esfuerzo descomunal por disimular sus emociones. Taehyung también estaba tenso sobre su asiento. Tener a Jungkook sentado a su lado, y con el cuerpo en movimiento por el motor del carro, era una tortura muy grande. Los muslos grandes y el pecho del chico se movían al mismo ritmo y aquello solo aumentaba sus ganas por... Por sí, follarlo. No podía seguir engañándose, vaya que deseaba a ese hombre mucho físicamente. La atracción estaba ahí y se preguntaba si en algún momento podría quitarse ese peso de encima y simplemente convencerlo de hacérselo sin compromiso alguno. No tenía por qué ser un gran drama, a él le encantaba físicamente, y el castaño después de que probara un poco de lo que podía darle, no se abstendría de pedirle más.

—Gracias por hacer esto.— la voz de Jungkook le sorprendió, sonando por encima de la música.

— No es nada. —contestó él, con el semblante duro, fingiendo estar realmente concentrado en la carretera.

—Quizás, pero... Sé que tienes un itinerario planeado para nosotros y probablemente este viaje lo retrase todo...

—Nos moveremos más rápido, lo tengo controlado.

—Bien... —susurró Jungkook algo tímido, por las rápidas respuestas que él estaba dándole y la poca emoción que transmitía. —¿Por qué lo has hecho?

—Jungkook, no es nada. Querías ver a tu padre y eso harás.

—Lo sé, pero... No pensé que aceptarías.

—Ya ves que sí.

—Ujum... Es solo que creí que yo no te caía nada bien.

Él hundió el rostro, con el ceño fruncido.

—Cuando conozco personas no me caen bien ni mal, solo las conozco y ya.

—¿Ves? a eso me refiero.

Taehyung se giró a mirarlo.

—¿A qué? —le preguntó intrigado.

—¿Siempre eres así? Es decir, ¿Con todos?

—Joder, no sé de qué hablas...

—Que eres la persona más fría que he conocido alguna vez. —respondió el chico con toda sinceridad, dedicándole una sonrisa dulce y muy, muy bonita, que él esquivó con la mirada rápidamente y prefirió clavarla en el parabrisas. —¿Siempre has sido así?

Taehyung se tomó unos segundos.

—Más o menos. —admitió y apretó fuerte las manos contra el timón.

Antidote | TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora