Yina Brown
Atravieso las grandes puertas del Club The Stars encaminándome a mi oficina. Luzco unos jeans rasgados con una camisa verde turquesa y unas botas negras. Vine en taxi porque mi convertible sigue aún en el parqueo de la universidad.
Tomó asiento en mi Sillón y reparo mi oficina, los ojos se me llenan de lágrimas y no se demoran en salir. Este lugar me agobia, pero es mi obligación estar aquí, tengo que continuar con el legado de mi madre haciendo que siga siendo el club número uno en la industria.
Mis ojos viajan a la mujer de la foto que está sobre mi escritorio. Es ella, mi madre, la mujer que ame con todas mis fuerzas. Hace 2 años de su muerte y no lo he podido superar y no lo quiero hacer.
Recuerdo aquella mañana que nuestras miradas se cruzaron por última vez. Antes de entrar al quirófano se despidió de mi, ella sabía que era la última vez que nos íbamos a ver:
-Mi niña hermosa -sostenía mi rostro con ambas manos - Promete que si algún día faltó vas a seguir adelante sola.
-Mamá tranquila, no es momento para pensar esas cosas.
-Promételo -insistía.
-Me estas asustando. ¿Qué sucede?
-me sentía asustada pero no sé lo demostraba- Si eso es peligroso, no te hagas esa cirugía.-Estaré bien, pero quiero que me prometas que tú también lo estarás.
-Sra. Brown ya debemos empezar con el proceso quirúrgico -la voz del cirujano, indicando que ya tenía que llevarse a mi madre a la sala de cirugía.
-Te amo mi niña -lagrimas corrían por su mejilla.
-Yo también te amo mamá.
Llore como una chiquilla cuando mis ojos vieron a mi madre traspasar esa puerta. Pasaron horas y horas, la desesperación estaba apunto de hacerme perder el control hasta que cayó la noche y mi vida se derrumbó en mil pedazos cuando el cirujano paso la puerta con esas palabras que nunca saldrá de mi mente:
-Lo sentimos.... Pero no sobrevivió a la cirugía.
Jamás he vuelto hacer la misma. Para poder dormir uso medicamentos y en el poquito tiempo que logro conciliar el sueño tengo pesadillas, lloro todo el tiempo, tengo cicatrices en mis piernas porque me cortó con navajas para aliviar el dolor en esos momentos de desesperación.
Le demuestro a todos otra cara de la moneda aparentando ser feliz y pues no estaba de vacaciones en estas semanas, estuve en terapias intensas con una psicóloga Americana.
Decidí buscar ayuda porque reconozco que no estoy bien, después de las terapias estoy un poco más tranquila, la psicóloga que me trató es una de las mejores por esa razón viaje a buscar sus servicios y porque no quiero que ni mis amigos y familiares se enteren.
Eso también incluye a Pablo. Pablo es el mejor amigo de Miguel y Leonardo. Está en Colombia porque su abuelo se enfermo de cáncer y los médicos le diagnosticaron que solo le quedaba 2 meses de vida.
Han pasado más de 6 meses y el abuelo sigue vivo. Pablo es un contable profesional y trabaja en la empresa Los Arango en el área de contabilidad financiera. Por eso el Sr. Octavio le pidió que ya tenía que regresar porque la empresa lo necesitaba.
Antes de Pablo marcharse a Colombia nos hicimos novios a escondidas de todos y duramos varias semanas saliendo al cine, restaurante, bares y hasta escalar montañas.
Yo tomé la decisión de que no quería que nadie lo sepa porque en esta etapa de mi vida estoy confundida y no se lo que quiero. Pablo es un encanto y muy guapo, pero siendo sincera conmigo misma no creo que está relación vaya a funcionar.
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Alma Velasco (+21)
Lãng mạnAlma Velasco nunca llegó a pensar que con solo aceptar una beca todo resultaría tan difícil. La vida de Alma cambio por completo desde el día que puso los pies sobre la universidad europea de Madrid, al verse obligada a salvarle la vida a la hermana...