Capitulo 11 .. Ofrenda de Paz

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Mia Arango

2 días después

2 días después del altercado que hizo Lucía con Alma en la universidad.
Después de eso Alma no ha regresado más a la universidad y tengo miedo de que no regrese más.

Estoy enojada con mi mejor amiga por haberla tratado de esa manera delante de todos y por acusarla de ser cómplice de lo sucedido aquel día que intentaron quemarme viva. Ella está totalmente equivocada porque es todo lo contrario. Alma Velasco me salvó la vida.

Me encuentro en el comedor de la mansión, en esta mesa enorme desayunando sola, ya que todos se fueron a cumplir con sus deberes y compromisos como todos los días, pero más temprano que nunca en el día de hoy.

Michelle tiene una sección de fotos a las afueras de la ciudad, a la cual no quería asistir como siempre y mamá se la llevó a regaña dientes.

Milán como el ingeniero profesional que es. Está al frente de las últimas terminaciones de un nuevo edificio a las afueras de la ciudad y Miguel como es el gerente de la empresa tiene una reunión con el nuevo gobernador de España. Por cierto, es la reunión que tiene a mis padres llenos de intriga. No todos los días solicitan nuestros servicios el mismísimo gobernador del país.

Papá y Mamá se encuentran en la empresa, haciendo los preparativos para recibir los inversionistas que convocó Milán, la reunión se llevará a cabo en el día de mañana y todos esperamos que esta vez mi hermano si logré convencerlos de trabajar con nosotros.

—¿Desayunando sola?

Mis ojos encuentran la persona que acaba de llegar y a la verdad que era la menos indicada que quería ver hoy.

—¿Viniste amargar mi desayuno?

—No tienes que hablarme así —me responde, mientras se acerca hasta mí, con sus manos dentro del bolsillo delantero de sus pantalones, quedando parado al lado de mi asiento.

Luis no se sienta en el comedor por qué mamá se lo tiene prohibido. Según ella la servidumbre no puede entrar al área de nosotros. Ellos deben de desayunar en la cocina.

Para mí Luis no es ninguna servidumbre. Él y Lola son dos personas muy importantes para mí, aunque ahora estoy muy enojada con él. Tampoco le llamó servidumbre a ningunos de los demás trabajadores de esta casa, me dirijo con mucho respecto hacia todos ellos.

—No quiero hablar contigo —le respondo con voz cortante.

—¿Aún sigues enojada conmigo? —me pregunta— Te dije hace días que no te mentí.

—Si lo hiciste —le respondo mientras le doy un sorbo a mi vaso de leche
— Alma confesó que si tomó ese dinero.

—No lo hizo —afirma.

—¡Si lo hizo! —le grito.

—¡No! —vuelve afirmar con voz fuerte.

—¿Qué parte no entiendes de que ella confesó que si lo tomó? —suelto el tenedor que estaba a punto de llevarme a la boca, con un puñado de huevos revueltos— Luis entiendo que no te lleves bien con mamá, pero no tienes que mentir.

—¿Qué? —se sorprende con lo que le acabo de decir.

—No quiero seguir hablando más de ese tema.

—Mia —toma asiento a mi lado, por primera vez en tantos años— No me interesa, ni tengo la necesidad de hablar mal de tu madre. Alma no tomó ese dinero y estoy seguro de que tu madre regresó a esta casa con ese sobre.

Me acercó a él sin tener que ponerme de pie, acortando nuestro espacio quedando muy cerca de su rostro.

—Pruébalo —le susurró.

Alma Velasco (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora