Alma Velasco
Sí que es una hermosa mañana. Aprecio la elegante y alta figura que se encuentra ante mis ojos. Esa mirada fría como el hielo y cautivadora por sus hermosos ojos azules pueden enloquecer a cualquiera, además El traje que luce hoy en color negro, le da un toque especial a su esencia. En estos momentos, estoy casi al desmayar por los nervios.
-Hola Miguel -son las palabras que apenas puedo decir.
Un gran silencio está entre nosotros. Puedo notar como su mirada se aparta de mi rostro y baja despacio por todo mi cuerpo, luego la regresa devuelta hacia arriba, pero se detiene justo en mis pechos por varios segundos, logrando que me ponga incómoda por el momento, pero que a la vez recuerde sus exquisitos labios contra ellos, lamiendo y chupando mis endurecidos pezones.
-¡Hija ¿Quién es?! -el grito de mi madre logra devolverme a la realidad, además de Miguel apartar su mirada de mis pechos y enfocarla otra vez en mi rostro.
-¿Me esperas unos segundos? ¿Si?
-él preguntó en voz baja, solo para los dos.-¿Si pudieras alcanzarme los apuntes?, los olvidé aquí ayer. Estoy en serios problemas, mi arquitecta fue muy clara, dijo que no hará el plano porque nos queda muy poco tiempo, esa construcción tenía que empezar en la tarde de hoy.
Su respuesta es en el mismo tono que en mismo. Pero, a diferencia de mí, su rostro muestra preocupación.
-Solo espera varios segundos -le reitero con media sonrisa en mis labios y luego de manera rápida cierro la puerta, justo en sus narices.
¡Joder! ¿Pero qué hice?
-¿Alma quien era? -pregunta mi madre. Acaba de salir de la cocina con un vaso de leche.
-Mamá pensaba que seguías dormida.
-Desperté justo ahora, no puedo esperar a entregar el trabajo -me dice mientras se sienta en el sofá y le da un sorbo a su vaso de leche.
-Yo también estoy ansiosa por entregar el trabajo.
-¿Era él?, ¿verdad? -insiste en saber.
Desde pequeña he tenido mucha confianza en ella, pues no me gusta ocultarle las cosas y menos decirle mentiras. Aunque, sobre lo sucedido ayer con Miguel en el sofá, me sentía un poco avergonzada para decirle. Pero, mi hermana se tomó el atrevimiento de contar todo, ella es así. Sin miedo a nada.
-Si mamá, era él. Incluso no se ha marchado.
-Me imaginó que está esperando que lo invites a pasar. Para terminar lo que empezaron ayer en este sofá.
-¡Madre! -la regaño y puedo ver cómo sus labios dibujan una sonrisa, provocando que yo lo haga también, además de resultar gracioso el bigote de leche, el cual se dibujó en su rostro.
-Alma es solo una broma.
-Está aquí únicamente porque olvidó unos apuntes.
-Entonces ¿Qué tiempo lo dejarás como idiota parado en la puerta?
-Joder... -me apresuro rápido hacia la habitación para buscar los apuntes y el plano, mientras alcanzó a escuchar la voz de mi madre gritarme: ¡Cuida tus palabras!
Llegó a la habitación, lo primero en observar, es la cama de mi hermana para confirmar si aún está dormida.
Pues sí, está profundamente dormida.
Debo ser cuidadosa de no hacer ruido, porque una de las cosas que más enfadan a Ana, es que interrumpan su sueño. Camino de puntillas hasta mi cama, tomó lo que vine a buscar y así mismo, modo silencioso salgo de allí.
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Alma Velasco (+21)
RomanceAlma Velasco nunca llegó a pensar que con solo aceptar una beca todo resultaría tan difícil. La vida de Alma cambio por completo desde el día que puso los pies sobre la universidad europea de Madrid, al verse obligada a salvarle la vida a la hermana...