Lucia Ferrel
Con la cabeza llena de confusiones, los nervios apoderados de mí y con solo un gabán cubriendo mi piel, espero al único dueño de mi felicidad. Me encuentro en su habitación sobre el pequeño mueble que se encuentra a un costado, con el control de la radio en mis manos, además de tener lista las copas y la botella de champagne sobre la pequeña mesa para brindar. Tengo todo calculado, apenas entre por esa puerta arreglaremos nuestros problemas, terminaremos follando como solo él y yo sabemos hacerlo, porque no es la primera vez que tenemos una insignificante pelea.
Llevó más de dos horas en esta misma posición esperando por él, no lo he llamado para avisarle que estoy aquí en espera por él, porque quiero darle una sorpresa y además desde aquella cena la cual no termino bien, no responde ningunas de las llamadas que le hago ni los mensajes.
Miguel tiene un carácter muy fuerte, lo conozco a la perfección, son cuatro años de noviazgo luchando contra su mal humor y soportando que todo sea a su manera, como por ejemplo: no le gustan las demostraciones en lugares públicos, es una figura pública, pero nadie sabe que tiene novia y hasta en el sexo las cosas se hacen como él dice. En estos años que tenemos juntos nunca me ha dejado acariciar su piel y es poca las beses que nos besamos porque a él no le gustan los afectos ni cariños, pero aun así lo amo y estoy muy segura de que él también ami.
Cuando estoy con él me siento segura, me hace sentir nueva como si reparará mi alma y muy feliz. En los momentos que estoy con el olvido la basura que tengo como padre, solo de pensarlo siento náuseas. Por su culpa tuve que dar el numérico que hice en aquella cena, me presionó, él me obligó.
Una noche antes, mientras cenamos junto a mi madre, nos dio la noticia de que todas nuestras tarjetas de crédito están desactualizadas y que no tenemos disponible ni un solo centavo para nada. Estamos en la ruina, su inmobiliaria vía online ha llegado a su fin, está llena de deudas que pagar y ningún inversionista quiere firmar contratos con empresas online, prefieren hacerlo con grandes empresas físicas, como lo es el fenómeno de esta industria, La inmobiliaria Arango.
Esa misma noche luego de la cena, estando ya acostada lista para dormir, la escoria se adentró sin permiso como siempre a mi habitación, se metió en mis sábanas y me cogió duro de espaldas como él acostumbra hacerlo, abusar de mí sin importarle el daño que me hace y frustrando mis sentidos obligándome a no poner resistencia. Después de correrse por tercera vez, solo él, porque ami no me hace sentir nada aunque me folle toda una noche, por él solo siento asco y me provoca deseos de que algún día por fin llegue su funeral.
Antes de salir de mí, aún estando de espaldas contra él, me susurró al oído que debo casarme lo más pronto posible con Miguel Arango para así poder salvar su empresa. Al principio pensé que es una locura y mi respuesta fue un no de inmediato, pero luego analizando lo infeliz que soy, mi respuesta cambio a un sí, porque siendo la esposa de Miguel Arango podré ser libre y mi padre Juan Ferrel jamás volverá abusar de mí.
Tengo una pregunta rondando en mi cabeza desde aquella noche. ¿Cómo mi padre salvaría su empresa si me caso con Miguel?. Algo me dice que sus planes no son buenos, pero por ahora lo único que quiero es casarme con el hombre que amo, para así poder ser la mujer más feliz de este mundo.
Mis pensamientos regresan a la realidad en el momento que mis ojos alcanza a ver la manilla de la puerta girarse, eso significa que ya está aquí. Me levanto del mueble con rapidez y me acuesto sobre la cama con una pose sensual, la puerta termina de abrirse, enciende la luz la cual estaba apagada y sus ojos me encuentran sobre su cama. Eso me hace entender que es mi momento de brillar...
Con el control en mano, le doy play a la radio y se empieza a escuchar Rihanna: Pour it Up. Con el sonido de la melodía empiezo a moverme de forma sensual, me pongo de pie sobre la cama y agitó mis caderas muy lentas, mientras me tocó con ambas manos por mi cuello y las deslizó por todo mi cuerpo hasta llegar a mis piernas sin dejar de bailar como si fuese una stripper profesional.
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Alma Velasco (+21)
RomansaAlma Velasco nunca llegó a pensar que con solo aceptar una beca todo resultaría tan difícil. La vida de Alma cambio por completo desde el día que puso los pies sobre la universidad europea de Madrid, al verse obligada a salvarle la vida a la hermana...