Alma Velasco
Mi cuerpo se mueve con pesadez entre las sábanas, todo por culpa de mis pensamientos después de lo acontecido en esta noche, la cien me palpita tanto al punto de mi cabeza poder explotarse. Necesito lograr borrar solo por unos segundos de mi memoria lo sucedido en la fiesta de Mia, si no obtengo alcanzar el sueño justo ahora, estoy segura de que mi próxima visita será en el manicomio.
Las luces de la habitación están apagadas, solo ilumina el lugar la luz tenue de la luna que atraviesa las ventanas. Llevo la mirada hasta la cama que se encuentra a mi izquierda, continúa vacía, eso significa que mi hermana Ana todavía no ha regresado a casa. De pronto, llegan a mis pensamientos imágenes de la última vez que la vi, fue esta misma tarde, cuando estuve en el centro de la sala de esta casa junto a Leonardo y Laura. Mi hermana vestía ropa costosa con un maquillaje extravagante en el rostro, no se despidió de nadie y tampoco hizo el intento de explicar hacia donde era su salida.
Me pregunto. ¿Dónde estará?. Pero es Ana, mi hermana la que no le gusta dar explicaciones, quien desaparece cada vez que quiere sin importarle el castigo que nuestra madre pueda imponerle al día siguiente.
Pongo esos pensamientos de lado, necesito dormir y dándole vueltas a cosas que jamás encontré la respuesta no lo lograré. Me remuevo en el colchón hasta encontrar una posición más cómoda, mi figura de lado con mi brazo derecho debajo de la almohada y mi cabeza hundida en ella, cierro mis ojos y hago varias respiraciones profundas, inhaló y exhalo, mientras mi cuerpo se acostumbra a la comodidad de la noche y mis pensamientos se desconectan de la realidad poco a poco, hasta qué...
Mis tacones plateados resuenan en el asfalto, mientras hago mi pasarela de llegada como toda una diosa. El atuendo que traigo puesto en esta noche es perfecto para la ocasión, mi vestido negro de encaje resalta mis atributos y el maquillaje me hace lucir sumamente hermosa, las piedras doradas que se encuentran en el contorno de mis ojos adornan mi mirada y las flores blancas que traigo en la cabeza son lo mejor de mi vestuario, además de hacer una excelente combinación con mis joyas plateadas.
Acabó de llegar a la inmobiliaria Los Arango. Dónde se está llevando a cabo la celebración más esperada del año, Halloween. Esta es la parte trasera del edificio, recuerdo la primera vez que estuve aquí, fue junto a él, aquel día estaban parqueados en esta misma área todos los camiones pesados de la empresa, día bastante emocionante para mí, pude estar cerca de mis camiones favoritos, pero esta noche, no veo ninguno de ellos en este lugar.
Puedo ver en todo el alrededor una decoración de luces y faroles de calabazas, telarañas y algunos murciélagos colgados, mientras la luz es sombría. Todo queda perfecto junto al edificio de treinta pisos de esta empresa, el cual figura su sombra en el mismo centro del lugar.
El sitio es bastante amplio y ya se encuentra lleno de personas del mismo estatus social de esta familia, todos están vestidos con ropas perfectas para la ocasión. Una sonrisa se forma en mi rostro al ver tantos disfraces, las mayorías desagradables y pueden hasta causarte un poco de temor con solo darles una mirada rápida.
—Llego la más hermosa de la noche. —una voz ronca se escucha en susurros, al mismo tiempo que siento su pecho pegado a mi espalda.
—¿En serio crees que me veo hermosa en esa noche?. —le pregunto mientras me apartó, giró sobre mi propio eje y me encuentro con el mismísimo Joker en persona.
Lo observó... Su traje es en rojo vino y la camisa verde que lleva debajo es combinada con su pelo. El maquillaje de su rostro causa muchas cosas a la vez, porque es similar a la de un payaso sin gracia.
—Buena elección, guasón. —le sonrío.
—No más que la tuya, Catrina. —me responde mi amigo Leonardo con una sonrisa igual de grande que la mía.
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Alma Velasco (+21)
RomanceAlma Velasco nunca llegó a pensar que con solo aceptar una beca todo resultaría tan difícil. La vida de Alma cambio por completo desde el día que puso los pies sobre la universidad europea de Madrid, al verse obligada a salvarle la vida a la hermana...