Más tranquilo y cuando estuvo seguro de que no volvería a gritar comenzó a buscar a su kwami en los cajones dónde vio que había entrado, lo encontró en su bodega de quesos, pero la imagen que vio definitivamente no fue la que esperaba encontrar, estaba dormido sobre sus quesos, pero no parecía que haya estado comiendo, más bien fue ahí en busca de refugio, tenía semblante triste y en su pelaje había rastros de lágrimas, Adrien ni siquiera sabía que los kwamis lloraban, y menos Plagg, para él era prácticamente el Dios de la destrucción y creyó que cosas como los sentimientos no le afectaban.
Después de escucharlo suspirar aún dormido, se dio cuenta de lo que le había hecho, tal vez él pueda destruir todo lo que toca, pero él lo hirió, nunca había tratado a su amigo como lo hizo hoy, puso en duda su amistad y confianza, lo acuso de traición y a pesar de que lo ha retenido durante muchos años en lugar de devolverlo al guardián, la criatura nunca se ha quejado, nunca ha reprochado nada, al contrario, siempre lo ha apoyado y se ha mostrado cómodo de compartir un poco de su existencia con su actual portador.
Con cuidado de no asustarlo más de lo que ya lo hizo, Adrien lo tomo para despertarlo y sacarlo de entre los quesos. — ¡Ey amigo!, despierta. — acaricio un poco su pelaje. — Lo siento, deje que el enojo se apoderará de mí y te lastime, no debí gritarte. – El joven estaba muy apenado por su comportamiento a tal grado que si el kwami le pidiera su libertad ahora mismo él se la daría sin protestar.
— Sabes que los kwamis no podemos intervenir en las identidades, sabía quién es ella desde el principio y Tikki sabe quién eres tú, pero no podemos revelar las identidades, tienen que ser secretas hasta que el portador de la destrucción o la creación descubra la del otro por sí solo, aunque para eso también hay un tiempo de lo cual el portador del conejo se encarga de vigilar, de lo contrario las consecuencias son catastróficas por qué sabes es la unión del poder de la creación y destrucción de los que hablamos. No hablamos de la unión de los miraculous para el deseo, si no de la esencia de lo que cada concepto representa. — Su voz se escuchaba triste e hizo que Adrien se sintiera culpable.
— Lo se Plagg, sé que, aunque quisieras no podías decirme nada. — dijo algo avergonzado. — Y confió que este es el tiempo correcto, digo, lo descubrí por mi mismo y Bunnix aún no está en mi habitación, en fin, siento haberte hecho sentir mal.
—Disculpas aceptadas solo si me compras queso.
—Ey, ¡eso es chantaje!
—Bueno considerando que es tu culpa hacerme sentir mal por decirme las palabras más hirientes que he escuchado...— dijo poniendo cara de tristeza y sus pequeñas patas en su pecho.
—Apuesto que has escuchado más de lo que yo te he dicho.
—... Durante mis años de existencia contigo. — Enfatizo para convencer a Adrien que era su víctima.
—Está bien, puedes pedir el que quieras. — Dijo divertido al ver que su amigo ya estaba más animado.
—Y regresando al tema de Marinette, ahora que lo sé puedes ayudarme con algo.
—Ni se te ocurra, no iremos hasta New York para buscarla.
—Para buscarla enviaré a Wayhem, en cuanto regrese de su viaje.
—No harás que lo encanceren en América por acoso. ¿Es que quieres quedarte sin tu único amigo?
—Puedo pagar su fianza, y puede ir como paparazzi así que no sería acoso.
—Sabes que Marinette no tolera el hostigamiento de la prensa así que olvídate de eso.
—Pensaré en algo para llegar a ella, pero lo que necesito es que me aclares algunas cosas, dime, ¿yo era el chico por el que ella me rechazaba?
—¿Tú qué crees genio? ¿Qué las fotos que tenía tuyas hasta debajo de su cama eran solo por la moda? Es obvio que te estuvo rechazando por ti mismo.
—¿Y yo la rechace a ella por ella con poderes? — Asintió divertido.
—En tu defensa te diré que la magia del miraculous tuvo la culpa.
—Eso no quita lo ciego que fui. — Se tiró boca abajo sobre la cama y suspiro.
—Lo sigues siendo.
—¡Ey! — Tomo una almohada y se la lanzó, pero él se hizo intangible y paso como si nada. —Explícate.
—Pues tú dijiste y cito. — Se aclaró la garganta para tratar de imitar su voz. — Necesito respuestas y el destino me las ha dado. — Señaló al diario ante la nula respuesta de Agreste. —Lo que quiero decir es que tienes el diario de la vida de Marinette en New York y tú me estás preguntando cosas a mí cuando no sé nada más que tú, recuerdas que tu padre nos tiene encerrados aquí y no tengo comunicación con nadie más que contigo, ¿qué esperas que te diga?
Tomo una almohada y hundió la cabeza en ella aceptando que Plagg tenía razón, iba a comenzar a lamentarse cuando sintió un golpe por algo cayendo en su cabeza.
— ¡Auch! — Busco que lo había golpeado y noto el diario a su lado con Plagg sobre él. — ¿Qué te pasa?
—No más dramas, deja de hacer posiciones ridículas de tristeza sobre la cama y empieza a leer.
— ¿Era necesario el golpe? — Se sentó sobre la cama y busco la página donde había dejado de leer.
—No. — Se sentó a un lado del cuaderno. —Pero te lo merecías.
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El PASADO NOS ALCANZA [Miraculous Ladybug]
Teen FictionElla decidió dejarlo y huir a New York, él acepto su decisión, pero aún necesita las respuestas que el diario de Marinette puede darle. . . . . . . Felinette si, Adrinette también.