Capítulo 50

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A los segundos de colgar, mi teléfono vuelve a sonar con el nombre de Kilian en la pantalla.
- Leah, no he terminado. - Me dice cuando descuelgo. - Solo quiero asegurarme que estés bien, aunque sé que no lo estas. Yo... Yo no sabía nada de esto, lo prometo.
- ¿Qué este bien? Joder, ¿cómo se supone que voy a estar bien? - Las lágrimas inundan mis ojos sin poder evitarlo. - ¡Me ha estado engañando como a una boba mientras yo me enamoraba más y más de él!
- Creo que deberías hablar con...
- ¡No! - Le corto.- No quiero saber nada de él. - Ray entra en la habitación. - Lo siento, tengo que colgar. - Cuelgo sin que le de tiempo a responder y pongo el móvil en silencio.
- Hey... Sabía que no era la alergia, te conozco demasiado bien. - Me dice mirándome con el ceño fruncido. Se sienta a mi lado y me tira de las piernas para sentarme en su regazo. - Desahogate cariño. - Me dice y lo hago. Apoyo la cabeza en el hombro de mi amigo y lloro desconsoladamente mientras me acaricia el pelo.

- Se ha quedado dormida hace un rato. - Escucho que dice la voz de Ray.
- Leah, cariño. - Dice mi padre. - Despierta por favor, tenemos que irnos.
Abro los ojos y asiento todavía medio dormida. Echo ropa para una semana en una mochila y me dirijo al coche.
Cuando llegamos, me alegro mucho de que no haya nadie, pero me sorprende ver una nota pegada en la puerta.
- Leah, no es lo que piensas. Llámame por favor. Cameron. - Lee Ray adelantándose. - ¿Quién es Cameron? - Me pregunta frunciendo el ceño.
- Un amigo.
- Así que un amigo... - Me dice Ray.
- Sí, nada más. Nadie importante. - Le digo encogiendome de hombros. Mi padre me mira extrañado y yo asiento. Ya no es nadie.

You, forever you.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora